lunes, 30 de diciembre de 2013

2013

Otro año que se va, y otro momento se ponerse a pensar en un balance. En mi cabeza a veces suena extraño eso de "que se termine el año, que necesitamos renovación". Por momentos pienso que es solamente un cambio de fecha, dentro de dos días arranca otro mes, sí, un año nuevo, pero... ¿Hay algo físico que nos cambia por ser otro el calendario? ¿O es simplemente una ilusión?

Instantáneamente desecho estos pensamientos porque, siendo sincera, yo misma siento algo diferente con el cambio de año. No sé cómo explicarlo, pero es cierto, se siente en los huesos. Como que, en cierto grado, parte de las cosas que no nos gustaron de un año se pueden olvidar por el comienzo de otro. Y nuevas oportunidades salen como recién sacadas del horno, esperando por nosotros.

El 2013 se va y me deja un aluvión de sensaciones. Es difícil decir si fue positivo o negativo analizando todo lo que pasó, porque entre los negativos que tendría que poner, aparece la muerte de mi abuelo, en septiembre. Todavía me sabe tan raro verla sola a mi abuela, no escucharlo, no sentir esos ruidos locos que hacía.
Han pasado otras cosas que me han decepcionado, creo que es algo de lo que no hay escape. Si bien en su momento estas situaciones me pusieron mal, con la mente más fría y un tiempo prudente que ha pasado hoy puedo mirar eso y agradecer que haya pasado. A veces me pasa que, sin dudarlo un instante, entrego toda mi confianza a otra persona, y después esa confianza termina pisoteada. No digo que siempre pase, hay personas que siguen teniendo un valor incalculable, pero cuando pasa no deja de bloquearme un poco. Mis defensas vuelven a levantar escudos y paredes para protegerme de lo que vendrá. Bajé la guardia y entró alguien que, se tomó su tiempo, pero al final terminó demostrándome una vez más que no tengo que dejar que cualquiera entre. No puedo decir algo como "a ver si esta vez aprendo", porque fue algo inevitable. ¿Cómo te das cuenta que una persona te va a hacer daño cuando por mucho tiempo no demuestra nada malo? Es muy difícil.

Pero también estuvieron las cosas buenas. Tras meses de fumarme a la dueña del primer departamento donde nos mudamos con mi novio, que no nos quería rescindir el contrato, pudimos irnos bien a un nuevo lugar donde aceptan perros, y ya llevamos tres meses viviendo con Gala, quien se adaptó perfectamente a esto de tener dos casas.
Hice dos viajes con dos grandes amigas, con una nos fuimos al Chaltén en Enero (¡qué manera de caminar, por dios!), y con otra a Iguazú en invierno. Dos lugares nuevos para sumar a mis kilómetros recorridos. Dos lugares realmente preciosos, que vale la pena conocer.
Volví a ver a mi mejor amigo, a quien hacía dos años que no veía, ya que está viviendo en Alemania. No sólo pude volver a abrazarlo y encontrar esa felicidad que sólo su presencia puede darme, sino que encima tuve el lujo de conocer a su novia, una alemana divina que se nota que lo quiere, y mucho.
Se fortalecieron algunas amistades que me llenan el alma (Bella, ¡sos una genia! Amo nuestras merendolas).
Me recibí de pastelera profesional tras un año de cursar en el EAG, donde no sólo aprendí a cocinar cosas exquisitas sino que conocí gente muy linda, una en particular de la cual hasta fui testigo de su casamiento. Un regalo de confianza hermoso que nunca nadie me había hecho antes.
Cumplí seis años de noviazgo con este maravilloso hombre que, de sólo pensar en él, me llena el corazón de amor.
Participé por seis meses en un gran website de videojuegos, gracias al cual tuve la chance de reseñar juegos, escribir notas, ir a eventos, aprender a hacer prensa. Fue una experiencia enriquecedora y me encantó, aunque por ciertos motivos decidí que llegue a su fin. Eso no quita que no haya planes para seguir en esto en el futuro.
Leí muchos, muchísimos libros. De hecho hoy me termino otro más, mi última genial adquisición del año.
Y terminaré mi año, nuevamente, en la casa de mis suegros, allá en Claypole. Compartiendo la noche con gente linda, y con suerte, de nuevo escuchando buena música mientras se nos va el 2013.

Muchas cosas han pasado este año, y espero ya con ansias el próximo. A ver qué cosas nos trae para sumar al baúl de los recuerdos.

A quien esté leyendo: Feliz año nuevo, y que el 2014 sea mucho mejor!

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Literario

Y finalmente llegó la hora de terminar con esta gran trilogía.

La historia fue realmente apasionante. En este último libro se cierra la relación de Tengo y Aomame, se explican muchas cosas, se despejan dudas. La trama cobra otro color, otra forma, y ya no estamos ante una cosa extraña que por momentos nos deja con la curiosidad en su máxima expresión por la cantidad de información que se nos mete en la cabeza, sino que ya todo comienza a cerrar.

Así y todo, hay que decir que la historia es muy, muy loca. El mundo de fantasía de 1Q84 que se inventó Murakami es una locura que atrapa de principio a fin. Hubo momentos en que no entendía nada, un poco me perdía con ciertos datos que nos tiran sin previo aviso, pero como sospechaba, en este último tramo todo fue aclarado y no me quedan dudas que estuve ante una gran obra literaria. No puedo compararla con ninguna otra pues, en realidad, el río principal que bordea todos los pequeños laguitos de la historia es esta relación tan especial entre dos personajes que nació cuando eran pequeños y que durante muchos, muchos años, no vuelven a encontrarse. Pero, así y todo, viven en la memoria del otro. En el corazón del otro, imborrables.

Todo lo que conforma estos libros está bien pensado y contado. No deja baches, no deja incógnitas. Es, realmente, una maravilla. ¿La recomiendo? ¡Pero por supuesto! Y, como ya he dicho, tengo más ganas que nunca de seguir revolviendo en las creaciones de este buen hombre para ver qué otras historias pululan en su haber.

Frases que me marcaron:

"(...). Los únicos que poseemos la noción del tiempo debemos de ser los humanos. El ser humano concibe el tiempo como una línea recta. Como si fuera un palo largo y recto en el que tallara muescas. En plan: aquí delante está el futuro, aquí detrás el pasado y ahora nos encontramos en este punto. Pero, en realidad, no es una línea recta. Carece de forma, en todos los sentidos. Pero como nosotros somos incapaces de concebir algo sin forma, por conveniencia lo imaginamos como una recta. Los seres humanos somos los únicos que podemos trasponer de ese modo los conceptos"

"Antes de salir, la enfermera se situó delante del cadáver y juntó las manos. Tengo hizo lo mismo, La gente muestra sus respetos hacia los muertos de manera espontánea. Al fin y al cabo, el fallecido acaba de realizar esa gran proeza personal que es morir"

Genialísima lectura.

domingo, 22 de diciembre de 2013

Carta abierta

Querido Papa Wel:

Se acerca esa época de cada año en que el calendario está por marcar 24 de diciembre, y ya comienzo a temblar de miedo pensando en lo que va a venir. ¿Es que no me gusta la Navidad? Para nada, me divierte mucho. ¿Es por la pirotecnia? No, no le temo, aunque no me molestaría que no tirasen nada. ¿Es la comida mi temor? No, generalmente hay varias opciones en la mesa navideña. ¿Cuál es entonces la raíz de mi miedo? Simple: tu libertad en cuanto a los regalos.

Creo que no he sido demasiado clara en estos 29 años, así que ante la duda, lo voy a repetir. No es que me moleste repetir las cosas, pero a veces creo que sos un poco cabezota, porque todos los años es la misma historia y todos los años es volver a lo mismo. A ver si esta vez, te queda claro, y nos prevenimos de tener algún tipo de inconveniente en los días venideros.

NO USO PIJAMAS. No insistas, por más que aparezcan al pie del árbol, NO los voy a usar. Tampoco esas bombachas rosa horrible, que ni siquiera me gustan para esos días femeninos molestos en que amerita usar algo cómodo. Ante tu insistencia, vuelvo a comentarte que la ropa de color no me gusta. No, para hacer gimnasia tampoco.

Querría evitar la aparición de esas cosas y alguna que otra que suelo encontrarme, como adornos de dudosa procedencia que terminan ocupando un espacio en el ropero hasta que encuentro la valentía suficiente para tirarlos a la mierda. Tampoco me gustan las remeras con inscripciones en otro idioma, casi siempre es en inglés y no me importa que la gente en general no la entienda, yo sí y me revienta tener algo que diga "happy and kissing you" o alguna burrada semejante. Para frases horrendas en inglés tengo a los hijos de puta de los japoneses, que en sus canciones de animé meten -por alguna razón que desconozco- frases mal dichas en inglés.

Te agradezco, pero para eso prefiero que me dejes un sobrecito con billetines que yo pueda inventir en algo no odioso, o en su defecto, nada.

Espero haber sido clara esta vez. No me obligues a dejarte de nuevo esa garrapiñada tenebrosa que te dejé el año pasado, adelantándome a tu atrevimiento. Lo lamento por tu inodoro.

Un besito.

Zoque

viernes, 13 de diciembre de 2013

Shopping macabro

El jueves paseamos un poco con mi buena amiga Bella, y chusmeando los juguetes que se venden para estas navidades nos encontramos con un puestito un tanto macabro.

Lo primero que vimos, en una parte de la vitrina, fue una especie de sector dedicado a unos ciertos muñecos que, pienso yo, eran tipo "lucha libre", o algo así. Me llamó mucho la atención este, me parece que se olvidaron de pintarle una parte del trasero, a no ser que el muchacho pelee con una flor de tanga:

Que culito papetoh
 
La siguiente es una chica guerrera, muy feroz ella, pero lo importante es como goza con la escalera:
 
 
Seeh yo sé que te gusta
 
Acá vemos a Thor tras su paso por las drogas duras:

No sé si tener lástima o miedo
 
Bueno, no estaríamos comprendiendo al dinosaurio de Toy Story. De última si me vas a vender algo trucho por lo menos intentá que se parezca al verdadero...un poquito nomás eh, no estoy exigente:

La cara de Woody también es tenebrosa
 
¿Pitufo wolverine?

¡Que patillitas querido!
 
¡Pasala bomba con tu Barbie rusa! Incluye tapado para los 20 grados bajo cero y gorrito de peluche a tono.

NIET!
 
¿Siempre quisiste jugar con un muñeco travesti? ¡Esta es tu oportunidad!

Alto tórax amiga
 
Que linda esta Barb..... UN MOMENTO.

Encima es registrada eh, ojo.
 
 
Jessie después de un accidente de tránsito:

Yo le pondría el sombrero pero tapándole toda la cara.
 
Shrek: "Mmmm Capi, me dijeron que te gusta que te den por atrás"

Y por 300 pesos yo que vos lo pienso....
 
Digan que yo no tengo necesidad de regalarle juguetes a nadie, pero de cualquier manera jamás de los jamases se me ocurriría adquirir ninguna de estas atrocidades. ¡Y era un puesto adentro de un shopping eh! No les estoy hablando ni de la salada ni del chino de la vuelta. Una cosa de locos.

martes, 3 de diciembre de 2013

Literario

La historia de esta novela se vuelve cada vez más atrapante.
Las páginas pasan y yo no puedo dejar de leer, me desespera el querer saber qué pasa con los personajes. La trama se vuelve más extraña, aparecen elementos de fantasía que no se terminan de comprender del todo, el mundo de 1Q84 se puso realmente retorcido.

Los personajes principales, Tengo y Aomame, toman cada vez más importancia y nos llevan de la mano por un camino complicado por el que transitan por separado, pero de a poco van encontrándose. Y la curiosidad genera adicción, ¿se encontrarán? ¿De qué manera? ¿Cómo seguirá su historia? Otros personajes, algunos nefastos, se cruzan en el camino e interceptan lo que veníamos leyendo.

Murakami realmente se pasa de adictivo. No estoy exagerando, estos libros de verdad despiertan un interés que hace que cada vez que veo una novela suya en el escaparate de alguna librería mi billetera me pica y me entran unas ganas casi incontrolables de llevármelas todas a mi casa. Hay personas que tienen un don para contar una historia, es muy cierto, y esta es una de esas.

NECESITO SABER qué sigue, estoy con el tercer libro ya y en los pocos instantes libres que tengo me dedico a él, pero siento que no es suficiente. No estoy honrando la lectura, debería dedicarle muchas más horas, minutos, segundos. Las letras fluyen a través de mí como gotas en un arroyo, es mágico. MÁGICO. Ese es el adjetivo justo.

Los dejo, me voy a leer algunos capítulos. ¡No puedo parar!



viernes, 29 de noviembre de 2013

Llegando el final

29 de noviembre.

Veintinueve. De Noviembre. Es decir que estamos a 30 y pocos días de que el 2013 se termine.
Siento que el año se me pasó volando, ¿qué onda? Miro de reojo el calendario y pienso que me está cargando. No puede ser. Alguien me arrancó hojas o algo y en realidad estamos en septiembre.

Pero salgo a la calle y las vidrieras ya están atestadas de adornos navideños. Algunos son de esos aberrantes que evocan la nieve, ¿cuándo venderán cosas para una Navidad realmente argentina? ¿Será que viviré para ver la revolución nacional de Papá Noel?

Y mi mejor amigo está acá, paseando por las provincias. Siento que fue hace pocos días que me dijo que venía para acá, y yo como una presa tachaba los días que faltaban para verlo. Y llegó, y llegó ese abrazo que estuve esperando dos años, y ya es como si nunca hubiera pasado nada. ¿No es genial esa sensación con ciertas amistades? Dos años sin vernos las caras, y tras un hermoso abrazo, me siento a charlar y tomar mate con él como si nunca se hubiera ido.

Se me acerca el final de pastelería y, sin miedo a quemarlo, la felicidad por tener mi primer título no secundario de algo. Y algo que me gusta mucho, y que me encantó cursar. Y también se me acerca el curso de ingreso a la facultad.

¡Ay 2013! ¿Qué te pasó? ¿Te tomaste el buquebus rápido? ¿Dónde quedó el Otoño? ¿Dónde quedaron las hojitas para pisar en las veredas?

29 de noviembre. Que lo tiró.


lunes, 25 de noviembre de 2013

Vida de perros

Siempre noto que hay algo que el ser humano no tiene sencillo entre miembros de su misma especie, y es esta cosa de compartir. ¿Cuántas veces estamos comiendo algo, y al recibir un pedido de otra persona, medio que nos fastidiamos? ¡Incontables!


A menos que uno sea un ser de gran corazón, en general es un poco rompe bolas que te vengan con el mangazo jussssto cuando a vos se te ocurre disfrutar de algo. Sea una galletita, sea una papita, cualquier cosa.

Pero... ¿Y si es un perrito el que te viene a pedir? ¿Eh? Aunque sea tu alimento favorito, ¿sos capaz de negarte a esos ojos enormes y esas cejas divinas que tienen los perros, ideales para manguear comida?

Si me decís que "sí", es que no te gustan los perros. Pero para el que es perrero...estos bichos la tienen fácil. ¡Servida en bandeja!



Estúpidos y hermosos perros.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Literario

Hace un tiempo que veía libros de este señor, Haruki Murakami, en las librerías por las que suelo rondar. Las descripciones me llamaban la atención pero, por un motivo u otro, nunca me terminé de decidir a comprar ninguno.
Mucha gente me venía diciendo que escribía bien, y después de la última vez que leí de alguien que dijo que era un muy buen escritor, la curiosidad finalmente despertó en mi y me compré una trilogía llamada "1Q84".

El primer libro tiene incluidas las dos primeras novelas de esta trilogía, así que por ahora solamente voy a opinar sobre la primera, que es la que terminé recientemente.
La historia versa sobre dos personajes -Tengo y Aomame- que lo único que tienen en común realmente es que en algún momento la vida los puso en el mismo camino cuando eran pequeños, pero de grandes cada uno se dedica a cosas diferentes y, por el momento, no tienen contacto.
Tengo es un profesor de matemáticas a quien le encanta escribir y quiere dedicarse a ser novelista, y Aomame es una instructora de gimnasia que también trabaja de asesina por encargo. Dos personajes, totalmente diferentes, pero que tienen algo en común que, de alguna forma, los une.

Debo decir que estoy sorprendida por lo atrapante que resulta la escritura de Murakami. Todo está escrito de forma maravillosa, todo es encantador e interesante, desde el pasado de los personajes a sus pasatiempos, lo que les gusta hacer, lo que no, las personas que los rodean. Tiene un don para contar historias.

Ya empecé a leer la segunda novela, y ya me atrapó. No puedo esperar a ver cómo sigue la historia.

¡Muy recomendable!

viernes, 8 de noviembre de 2013

La caducidad obviada

Puedo llegar a entender esta obsesión con la juventud, que nos de miedo envejecer, que debe ser terrible un día mirarse al espejo y ver una cosa arrugada y deshecha como si la vida se estuviera riendo en la misma cara de uno. Pero lo que no entiendo es como esa obsesión lleva a la gente, especialmente a las SEÑORAS, a realizar aberrantes actos en búsqueda de "parecer" jóvenes.

Por más silicona que te mandes en la cara, uno no es boludo. ¿No se dan cuenta que así estén rellenas de plástico y tengan los cachetes salidos para afuera se nota que son viejas? ¿Sus espejos son distintos a los míos? Porque no es que una piensa "Oh, ¿60 años? ¡No se te nota!" ¡LAS PELOTAS! No sólo se nota, sino que queda espantoso.

En el gimnasio me toca ver cada estropajo que, tranquilamente, podrían filmar una película de terror ahí adentro. Me gusta aprovechar las mañanas porque sé que los aparatos están casi vacíos (no así la pileta, que con esa "aquagym" siempre está hasta las bolas), pero termino con los ojos cruzados de las cosas que me cruzo. Porque encima, no sólo es que se visten como si tuvieran 20 años (y claramente NO), sino que cuando se están cambiando en el vestuario andan en pelotas por la vida como si tuvieran un cuerpo que mostrar al público.

Disculpe señora, pero si alguien le pidió que ande mostrando su pasa de uva arrugada, no fui yo. ¿Me haría el favor de ponerse la bombacha y el corpiño adentro del recinto de ducha, antes de salir, como dios manda?

Entrar al vestuario es, por lo menos, cruzarse con un ojete arrugado al aire. Hay una señora en particular que es la más desagradable de todas, porque no solamente está arrugada como una bolsa de nylon a la que le agarró la lluvia, sino que encima abusa de la cama solar y del maquillaje. Es una mezcla de estos dos personajes:

Izma, de "Las locuras del emperador"

Magda, la vieja desagradable de "Loco por Mary"
 
¡Se imaginan ya el bochorno que es esta señora! Para que se den una idea, una vez una amiga se la quedó mirando, con el ceño fruncido como si intentara entender algo, a lo que yo la ayudé: "No te gastes en buscarle la razón, ESA es su espalda, así arrugada como la ves".
 
A VER SEÑORA, LAMENTO QUE NO LE GUSTE SER VIEJA. Todos vamos a ser viejos en algún momento, todos tenemos fecha de vencimiento. ESO NO QUITA QUE USTED TENGA DERECHO A VESTIRSE COMO MARRANA EN CELO. ¡Vaya a su casa a preparar galletas y dejarse de joder! ¡SE CALMA SEÑORA!

sábado, 2 de noviembre de 2013

New life

A sólo 3 días de cumplirse un mes desde que estamos en la casa nueva, muchas cosas han cambiado respecto de nuestra vida anterior.

Lo mejor de todo es que podemos tener a la negra acá en casa.

Los primeros días de su vida con nosotros fueron medio desastrosos, llevándome a sentir el temor de que quizá hice mal en hacer toda esta movida para que viviéramos los tres juntos. Pero después me di cuenta que la que estuvo mal fui sólo yo, pues no fue buena idea que la perra empezara su vida con nosotros mientras nos estábamos mudando. Ese fin de semana de mover cajas, acomodar cosas, ordenar, este departamento era caótico. Katrina un poroto. Había pensado no traerla, dejar pasar unos días para que se acomode todo y ella pudiera disfrutar la casa pero hete aquí que mi hermano no tuvo mejor idea que traérmela el mismo sábado que comenzamos a mudarnos. Había tan poco lugar que ni tenía donde echarse a descansar un poco.

Fue una primer semana medio malosa para ella. No se acostumbraba a la casa, no sabía cuál era su lugar, cada vez que un vecino pasaba por la puerta (este edificio tiene 4 departamentos que se comunican con un pasillito común) se ponía loca a ladrar y gruñir, cualquier ruido la despertaba y la sacaba, no quería comer, en fin: un bochorno.

Por suerte el tiempo -y buenas personas que me dijeron que tuviera paciencia- acomodó todo, y hoy ella está más contenta que nunca, tanto en ésta casa como en la de mi mamá, donde se queda cuando a nosotros nos toca salir. ¡Un lujo! De no tener ninguna casa, pasó a tener dos, donde hay personas que la adoran.

Lo que inicialmente iba a ser una "tenencia compartida", hoy es un "cuando tengo que salir te la dejo" y el resto del tiempo está conmigo. Así esté volviendo de las clases o del gimnasio a las 10 de la noche, paso por lo de mi vieja y me la traigo. Adoro tenerla en casa, y cuando no está siento que está vacía.

Se adueñó del sillón, donde duerme casi todas las noches. Ya tiene su camita acomodada en un lugar que le gusta, destrozó el huesito que le compré para la mudanza y juega como una desaforada con el pobre peluchito que tiene hecho pedazos. Le encanta salir al patio por el comedor y entrar de nuevo por la cocina, es una manía que tiene. Incluso a veces estoy cocinando, y me aparece por atrás y me asusta si estoy distraída. Su horario se acomodó al mío y espera a que me despierte para salir a hacer pis (nunca antes de las 8:30), mientras que mi vieja la sacaba todos los días a las 6:30. Sí, lo sé, mi madre está loca. Cuando uno de los dos está jugando a la play, se nos acuesta al lado y apoya su cabecita en nuestro brazo. Y si estamos viendo una película, rompe las bolas hasta que le hacemos un lugarcito para acostarse ella también.

Es una divina esta pichicha. Y extrañaba mucho, pero mucho vivir con ella.

 
Acá en su camita, en pose de "no, yo no me robé esa chatita, apareció sola"

domingo, 27 de octubre de 2013

Literario

Hace muchos años vi esta película, justo en una época en que salió otra cuya premisa era bastaaaante parecida ("Cuentos que no son cuento" y "Corazón de tinta"). De las dos, la que más me había gustado fue "Corazón de tinta", protagonizada por Brendan Fraser. Sabía que estaba basada en un libro, y de hecho la historia de Mundo de Tinta está formada por tres novelas. Tras un tiempo, me decidí a leer la primera, que llegó a mi biblioteca este año.

Esta novela fantástica cuenta la historia de una familia compuesta por Meggie y su padre llamado Mortimer (mejor conocido como Mo, por su hija), quien se dedica a encuadernar libros. Pero lo sobrenatural de todo es que Mo tiene un extraño poder que, al leer en voz alta cualquier historia, es capaz de traer desde las hojas de los libros a esos personajes ficticios hasta nuestro mundo (y viceversa).
La historia es muy interesante, y Cornelia Funke tiene un don para escribir de tal manera que te atrapa con el correr de las páginas. Está muy bien desarrollada, los personajes son varios y todos muy buenos, y ahora que leí la novela debo decir que -como me suele pasar- supera ampliamente a la película. De hecho, mucha gente a veces me dice que lo que menos les gusta de ver una película antes de leer el libro en el que fue basada, es que después cuando empieza a leer sobre los personajes se les hace inevitable imaginarse a los actores. Bueno, debo decir que en este caso jamás me apareció en la cabeza Brendan Fraser cuando leía sobre Mortimer. Me parece que no fue la elección más acertada, qué les puedo decir.
La verdad que el libro está muy bueno, habrá que ver como serán las novelas que siguen, algo que mucho no puedo imaginarme porque está escrito de tal forma que tranquilamente podría haber sido un libro sólo. Pero como algunos personajes quedaron por ahí, seguro que de alguna forma se seguirá explorando la historia. Pero en fin, una buena recomendación para aquellos que gustan de este tipo de literatura, muy entretenido y llevadero.
¡Pa tener en cuenta!

miércoles, 16 de octubre de 2013

Mudanza II

Las mudanzas no son sencillas, aunque de mi parte es mucho decir ya que esta es la segunda vez que me mudo. Pero la primera, cuando me fui de lo de mi vieja, fue relativamente sencilla: no teníamos absolutamente nada. De alguna manera me las arreglé para que ese mismo fin de semana que estrenábamos nuestra independencia nos llegara todo lo que compramos y habíamos encargado: lavarropas, heladera, sillón, mesa para la tele... En fin, ¡de todo!

Esta vuelta la cosa cambiaba. TODO eso que compramos de a poco lo teníamos que mover, así que para mí fue como mudarme por primera vez. Hasta tuvimos que bajar el aire acondicionado porque la dueña del departamento anterior no se lo quiso quedar.

El lugar nuevo es más espacioso, y si bien necesita algún que otro arreglito -como la cocina, que está medio podrida y tengo miedo de prender el horno- es mucho más lindo, y tiene un patio precioso. Está bien ubicado, es mucho más barato, en fin: estamos contentos.

Lamentablemente aún no podemos disfrutar al 100% la felicidad porque la dueña del departamento anterior sigue sin querer rescindirnos el contrato, algo que debería haber sucedido hace casi 10 días. A base de mentiras y diciendo que le rompimos todo (está loca) terminamos llevando un plomero para arreglar las tres boludeces que nunca anduvieron, y que yo notifiqué a la inmobiliaria, claramente algo que nunca le avisaron a la señora esta.

Así que ahí andamos, tratando de disfrutar nuestra casa nueva, y haciendo todo lo posible por pedirle a esta señora que nos rescinda, para dejar de ser inquilinos de dos lugares diferentes. Eso sí, en cuanto me firme los papeles, UNA puteada se come, mínimo.

martes, 1 de octubre de 2013

Mudanza

Al final, no supimos llevarnos bien con el aumento de alquiler y expensas del departamento donde vivimos oficialmente hasta el próximo sábado. ¿Qué es lo que pasa por la mente de un administrador de consorcio para salir con esos números altísimos sin motivo? Nunca lo voy a entender. Y ahora menos, porque el departamento donde nos mudamos el fin de semana que viene no tiene expensas.

Así que también en parte por este motivo es el silencio que estoy teniendo por acá. Embalando cajas, guardando ropa, preparando el yeso para tapar agujeros, tratando de hablar con la dueña del departamento del que aun no me voy para que no me quiera cobrar por avisarle tarde que me voy (jamás hagan como yo y lean bien un contrato de alquiler, por favor), y organizando la ida del flete y demás.

¡Y vamos a poder vivir con nuestra perra! La mejor noticia de todas.

La semana que viene, fotos de la cucha nueva.

¡Salud!

jueves, 19 de septiembre de 2013

Back on track

Sepa disculpar el lector la falta de posteos.

Luego de la ida del abuelo no tenía muchas ganas de sentarme a escribir o de pensar mucho. Fue un momento bastante pedorro, sobre todo para mi vieja. Ella fue, junto a su mamá y una prima, la que estuvo al lado de él en todo momento desde que empezó esto, y haber tenido que presenciar el deterioro así de un ser querido la verdad la tenía destrozada. Hoy la veo un poco más relajada, lamentablemente uno termina aceptando que es "para mejor" el que ya no estén, aunque no se deja de extrañar al otro.

La vida sigue y nosotros tenemos que seguir, ¿qué remedio?

Preferí dejar pasar un tiempo para no caer en el posteo de cosas grises y tristes, y creo que fue para bien. Ya no se ven tantas nubes en el panorama y se puede retomar el camino, y hacerse mala sangre -o no- por las mismas cosas de siempre.

Vinieron siendo unos meses de acumulación de malas ondas, pero ya puedo ver un poco el azul del cielo nuevamente.

Volviendo a la rutina.

Hola a todos :)

viernes, 6 de septiembre de 2013

Time to say goodbye

Mi abuelo y yo no tuvimos la típica relación abuelo/nieta que se ve en las películas, ni cerca. No porque él haya sido una mala persona ni nada por el estilo, simplemente que las circunstancias de la vida nos tenían un tanto lejos. Así y todo, era mi abuelo, y yo lo quería mucho. Es el único abuelo del que tengo algún recuerdo, ya que los papás de mi viejo murieron hace tiempo. Mi abuelo paterno murió cuando yo era muy pequeña y sólo tengo uno o dos flashes de él guardados en mi memoria.

Mis abuelos maternos vivieron gran parte de su vida allá donde nacieron y habían vivido toda su vida, en Montevideo. La mayoría de mis vacaciones de infancia consistieron en ir a esa casa donde tenía varias amistades. Esos viajes siempre me gustaron mucho, no sólo porque siempre adoré irme de vacaciones, sino porque visitar a mis abuelos siempre me gustó mucho. La casa era muy bonita, llena de plantas, tenía un huerto en el frente donde hasta había una planta enorme de zapallos que en verano se llenaba de vaquitas de san antonio y otros bichitos igual de lindos. Recuerdo que la habitación donde dormíamos con mi hermano cuando íbamos de visita tenía camas cuchetas, yo dormía arriba pero con esas maderas que te traban porque si mal no recuerdo, una vez me caí. Nos encantaba ir de compras a un hipermercado que tenía muchos juguetes, en uno de esos viajes me acuerdo que me regalaron un juego de mesa de "La Sirenita". Estaba re bueno ese juego.

El viejo siempre fue un tanto loquito, pero para bien. Le gustaba gritar cuando iba al supermercado, cosa que la ponía re loca a mi abuela, pero a mi me causaba mucha gracia. A veces le seguía la corriente y me ponía a hacer ruidos yo también. En los colectivos, se ponía a hablar sólo o con otras personas en un idioma que se le ocurría en el momento, para sorpresa de sus acompañantes de asiento, que se lo quedaban mirando como creyendo que el tipo se había escapado de algún manicomio. Con el correr de los años y cuando mi vieja empezó a ver que la salud ya no era la de siempre, decidieron venirse a vivir a Buenos Aires, para que los tenga ella más cerca por si necesitaban algo. Atrás quedaron esos viajes, y supongo que eso también influyó en su salud, pues a pesar de las buenas intenciones de mamá creo que siempre se extraña el lugar donde uno ha crecido. A pesar de que acá estaban bien, sé que siempre extrañó su lugar. Pero encontró cosas que le gustaban hacer. Tenía un banco de la plaza que queda acá cerquita ya prácticamente reservado para él, donde adoraba ir después de comer a tirarle pancito y maíz a las palomas y cotorritas. Y también le gustaba mucho jugar al truco, actividad que hacía todos los días en un centro de jubilados del barrio, hasta que ya no pudo ir más.

Lamentaré siempre que sus últimos días no hayan sido tranquilos como él se merecía. Su salud desmejoró muchísimo y pasó casi tres semanas internado en un sanatorio, donde se iba deteriorando de a poquito. Pero sí me quedo tranquila de que se fue mientras dormía, con ayuda de algunos calmantes, así que sé que no sufrió en sus últimos minutos.

Me gusta creer que va a ir a un lugar lleno de verde, donde siempre sale el sol, lleno de pajaritos y cotorritas a los que darles miguitas de pan cada día. También voy a mentalizarme en que mi perrita Atena lo va a ir a buscar para acostarse a sus pies, algo que le gustaba mucho cuando él venía de visita. Mi perra lo quería mucho, y sé que él la quería mucho también.


Un abrazo, viejito. Espero que llegues pronto a ese lugar tan bonito donde te merecés estar.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Literario

Siempre fui de leer más que nada novelas fantásticas, no les voy a mentir. Últimamente quería variar un poco mi "cerradez", por así decirle, y empecé a husmear entre otros géneros a ver qué cosas me encontraba.

En cuanto a los policiales, las películas siempre me gustaron mucho. La verdad que libros de ese estilo no he leído tantos, así que me decidí a darles una oportunidad. Entre los que vengo adquiriendo me traje este, que además tiene unos tintes de romance que no le quedan nada mal a la historia.

Esta novela es una continuación de "Escondido en tu mirada" (libro que aun me debo), donde hay una conexión entre los personajes y la historia de ambos libros. En este, un asesinato pone en duda el encarcelamiento de un hombre condenado a muerte, ya que ambos crímenes presentan características muy similares.

El detective Kellerman, quien había puesto tras las rejas a este hombre en cuestión, de pronto se encuentra en un problema: ¿se habría equivocado de asesino? ¿Habría enviado a la cárcel por tantos años a un hombre inocente? ¿Estará a punto de ser ejecutada la persona equivocada? Esas son las preguntas que se irán develando en esta nueva novela. A esto le sumamos unas notitas de romance (y de erotismo), ya que en el medio de la nueva investigación surgirá un romance que llevaba años gestándose.

La versad la novela está buena, me gustó mucho la forma en que está escrita ya que te engancha y no cae la historia en ningún momento. El final me sorprendió bastante, hay cosas que no te las esperás, así que punto para la autora por la sorpresa que te genera. Leyendo reseñas por internet sí estoy de acuerdo en que este libro apunta más bien a un público femenino, si bien la trama real es la búsqueda de este asesino, no puedo negar que como mujer tal vez la parte romántica me enganchó de una forma que quizá a un hombre no engancharía. De todos modos me resultó un policial entretenido, lejos de ser como los grandes escritores del género, no se le puede quitar mérito a este.

Algo que me llamó la atención es que la escritora es argentina, usa este pseudónimo - Sienna Anderson - para escribir sus novelas policiales pero también escribe novelas románticas, eróticas y negras bajo 4 pseudónimos diferentes. Su nombre verdadero es Andrea Yungblunt, y publicó su primer libro en 2007. ¡Habrá que leer algo más de la muchacha!

domingo, 25 de agosto de 2013

Huellitas de la calle

Hace unos años, en uno de esos domingos de partido de Mundial, estaba saliendo de la casa de mi novio para ir a comprar algo para cocinar en la esquina y escuché unos llantitos que venían de una caja. Cuando me acerco me encontré con tres cachorritos, muy bebés, que ni siquiera tenían los ojos abiertos, abandonados en una caja con un trapito roñoso que no les servía ni para cubrirse del frío. No podía dejarlos ahí, aunque sabía que mi vieja me iba a matar cuando me apareciera con la caja en casa. Pero ya tendría tiempo para preocuparme de eso.
Fueron unos primeros días de mamaderas controladas a reloj, algodoncitos húmedos para incitar a hacer caquita solos, cambio y recambio de botellas y bolsas de agua caliente para mantenerlos calentitos. En el medio, de publicar en el facebook con mucha desesperación buscando a ver si conseguía un hogar de tránsito o adoptantes, porque mi vieja no estaba muy contenta con mi decisión y yo no los iba a volver a dejar en la calle, por más gritos en el cielo que ella pusiera. No les voy a mentir que fue fácil, pasé horas publicando por todos lados y buscando una mano en cuanto sitio bichero veía. Por suerte, a poco más de una semana encontré una familia de gran corazón en recoleta que los tomó en tránsito. Lamentablemente uno de los cachis murió, era el más débil de los hermanitos. Los otros dos crecieron con fuerza y con el tiempo fueron adoptados. Primero el machito, que hoy se llama Maxi y lo tiene una chica que conocía a esta familia, y la hembrita, que se llama Clotilde, hoy vive con su maravillosa mamá humana que la llena de amor.
Todo esto que les cuento no es para que me feliciten ni digan cosas como "ay que buena persona", sino para demostrar un punto: querer es poder. Gracias a muchas personas increíbles que me crucé en el momento justo, estos dos pichis hoy tienen familias que los adoran y cuidan, dejando atrás un pasado de frío en una caja sucia en el medio de zona sur.
Sé que es difícil que las cosas se den rápido, pero nada es imposible. Cuando hay un animal que lo necesita, no hay que seguir de largo, todo ayuda. Desde una pequeña caricia para que sientan un poco de amor de vez en cuando, hasta un plato de comida, un abrigo o una cucha para el invierno, o levantarlos para darles atención médica y conseguirles un hogar.
Hay muchos animales en la calle, muchísimos, y no es tan fácil ubicarlos a todos. Pero la cuestión es que cuando hay voluntad y ganas, se puede. Yo pude en su momento con estos, pude con otros más que he levantado, y sé de cientos de personas que a diario hacen lo imposible por ayudar a cuanto animal pueden. Además que también existen otras opciones, refugios (aunque muchos están llenísimos y no les alcanza el lugar para agarrarlos a todos) o pensionados.
No hay que seguir de largo. No hay que ignorarlos, cuando hay una pequeña posibilidad de salir adelante.
Quizá su destino haya sido cruzarse en nuestro camino, para que les prestemos nuestra voz y los ayudemos a conseguir lo que ellos piden con la mirada y no consiguen.
¿Hay algo más hermoso que hacer feliz a un animal? ¿Algo tan lindo como verlos crecer rodeados de afecto, cuando sabemos lo difícil que fue su pasado?
Sí, cuesta. A veces es más fácil, a veces más complicado... Pero sí que vale la pena, ¡y mucho!

Cloti hoy, con su mamá, Mariana.

sábado, 24 de agosto de 2013

Laborales

Siguiendo un poco con la temática del post de Bella, quería comentar un par de cositas acerca de los que trabajamos de este modo, porque a veces me da la sensación de que la gente no entiende o se hace la otaria.

 
Sí, freelance. Como ya deben saber significa que uno es autónomo y no depende necesariamente de otro para hacer su trabajo, o no necesita ir a una oficina y demás.
Claro, gastos de viático ya no tenemos, ni lo pesado de tener que salir a tomarse colectivos o subtes lejos de casa a lugares atestados de gente que ya de sólo pensarlo te estresan, ni hay que aguantarse un jefe que te rompe las carótidas o compañeros de oficina hipócritas que te vienen a molestar.
Pero eso no significa que el trabajo sea barato.
 
Mi caso, por ejemplo: pago monotributo, ingresos brutos y la matrícula para poder ejercer. ¡También pago mi obra social! Mi trabajo lo hago en tiempo y forma, no me gusta ser irresponsable, entrego lo que me piden a tiempo y muchas veces demanda muchas horas, más cuando tengo que ir a hacer un relevamiento y tomar medidas de locales que no tienen ni un pequeño plano en qué apoyarme. TODO eso se tiene que contemplar a la hora de mirar un presupuesto de un freelance, antes de decirle "Che, ¿no es mucho?".
 
¿Mucho? Sí, mucho es lo que gasto y mucho es lo que hay en juego. Hay que mirar un poquito más allá antes de decir ciertas cosas y pecar de ratón.

jueves, 15 de agosto de 2013

Literario

En una de mis idas a la librería, agarré el libro nuevo de Dan Brown que se está promocionando tanto ("Inferno"), y mientras me acercaba a la caja caí en la cuenta de que me había salteado uno. Hace un tiempo había salido "El símbolo perdido" y aun no lo había leído. Así que me di media vuelta, dejé Inferno y busqué el otro. Por suerte tenían un par de esos, así que me traje uno conmigo.

El escritor de bestsellers como "El Código da Vinci" o "Ángeles y demonios", en esta ocasión nos trae nuevamente las aventuras del profesor Robert Langdon, especialista en simbología, quien se verá atrapado en la historia de los masones. Un buen amigo suyo que pertenece a esa orden, Peter Salomon, está en peligro, y en sus manos puede estar la forma de salvarlo y salvar también un secreto que los masones guardan hace miles de años: un secreto que se revelará solamente cuando la humanidad esté preparada para conocerlo.

El libro la verdad que está muy bueno. Dan Brown tiene ese don para escribir novelas atrapantes que te las lees enseguida, muy bien armado, muy buena historia, al menos de los tres libros que ya leí me deja siempre esa sensación. Esta historia empieza con todo, va siempre pum para arriba, y lo único que quizá noté es que al final hay algo raro. Para no quemar nada, hay unos personajes que están por perder la vida pero cuando las cosas se resuelven como que de pronto CHAF, están como nuevos y ya felices como si nada hubiera pasado. Y no es que entre una cosa y la otra pasaron semanas ni nada, es todo como muy seguido, y no me convenció esa parte de la resolución del problema. Fuera de eso, es un muy buen libro, me dejó muy satisfecha y con ganas de leer Inferno en algún momento. Lo que sí, sigo pensando que Tom Hanks no fue una buena elección para encarnar al profesor Langdon. Mientras leía este no sentía una conexión entre el actor y el personaje. Todo bien con Tom, pero la verdad que al menos en este caso no me cierra.

El libro tiene un montón de datitos que interesantes, y uno de los que más me gustaron fue este:
"Langdon se había visto obligado a llevar corbata seis días a la semana cuando estudiaba en la Academia Phillips Exeter, y a pesar de que el romántico director aseguraba que su origen se remontaba a la fascalia de seda que llevaban los oradores romanos para calentar sus cuerdas vocales, Langdon sabía que, etimológicamente, el término corbata en realidad derivaba de una despiadada banda de mercenarios *croatas* que se ponían pañuelos en el cuello antes de la batalla. Hoy en día, este antiguo atuendo de guerra lo seguían llevando los modernos guerreros de las oficinas con la esperanza de intimidar a sus enemigos en las batallas diarias del salón de reuniones".

viernes, 9 de agosto de 2013

¿Sincericidio?

El tiempo y los vientos de cambio van haciendo que esas cosas que te molestaban, ya no jodan tanto. "El tiempo todo lo puede", gran verdad que sigo poniendo a prueba, y sigue funcionando.

Siempre me jorobó un poco el tema de tener problemas con la gente en general. Cuando era más chica era re goma, y me dejaba pisotear por cualquiera. Si me pongo hoy a mirar para atrás, encuentro varias situaciones de mis años jóvenes que si pudiera hoy reencontrarme con mi yo de aquella época, me daría a mi misma un sacudón y me cachetearía un poco. ¡Qué manera de dejar pasar todo! Era la típica buenuda que estaba siempre para todos, aun cuando la gente conmigo no era igual ni en pedo. Aun cuando en mi propia cara me boludeaban, yo seguía estando.

Con el correr de los años medio que se dio vuelta un poco todo, y ahora no me banco que me boludeen. Ya fue, fueron muchos años siendo la tarada que estaba para el mundo, ahora no soporto que me jodan. Yo no jodo a nadie, no voy por la vida pisando cabezas, no me gusta competir (algo que es MUY de mujeres en general), no soy jodida por ese lado. Pero sí coseché una personalidad fuerte que no a todo el mundo le gusta. Soy muy sincera y no tengo pelos en la lengua, y a la hora de la verdad a la mayoría de la gente le gusta disfrazar las cosas. Yo no. Digo lo que pienso, y no medito antes de decirlo. ¿Está mal, está bien? No sé, pero así soy. ¿Te gusta? Perfecto, acá estoy, y si nos caemos bien mutuamente puedo ser una amiga estupenda con la que podés contar siempre. ¿No te gusta? Bueno, no me jodas y seguí de largo, no te necesito.

El tiempo se está cobrando personas que se van, y la verdad es que hasta hace unos meses era algo que me estaba jodiendo. Pero el mismo tiempo está atrayendo nuevas cosas, fortaleciendo otras, y la verdad es que me estoy olvidando de la mala onda de la gente que no vale la pena.

Creo firmemente que el cambiar la "mala cara" depende de la predisposición de cada uno. Cuando me enfrenté a todas esas cosas estaba predispuesta a estar mal. Me sentí deprimida un tiempo, hubo semanas en que realmente no quería hacer nada. Pero, con un poco de ayuda del entorno mismo, me aburrí de ponerme mal por personas que no valen la pena, y por cosas que no puedo controlar.

Hoy puedo decir que me siento mucho mejor. Y que estoy contenta por las cosas que están pasando y que van a pasar, y que tengo ganas de seguir aprendiendo y mutando. ¿Los que se quieren ir? Que se vayan, la verdad es que si no me aportan nada positivo a la vida, no los voy a extrañar tampoco. A los demás: acá estoy. Gracias por seguir estando, o por aparecer.

viernes, 26 de julio de 2013

Animé

Si bien la reseña de este animé en particular la escribí en este otro lado, no puedo dejar de decir algo acá también.

Desde que recuerdo que disfruté series de este estilo, arrancando allá por mis dulces 10 años más o menos cuando miraba los "Caballeros del Zodíaco", y encima los tenía que grabar (¡en VHS!) para que mi hermano los viera al volver de la escuela. Él tenía en ese entonces 16 años, y es a quien le debo haber sido iniciada en el mundo del animé, aunque hoy en día lo supero con creces en cantidad de series vistas. Pero, harina de otro costal, la cuestión es que la culpa es suya. Y mucho le agradezco. Igual es un tarado (?).

Con el paso del tiempo he disfrutado de grandes series, aunque siempre mi amor fue por los Caballeros, algo que no ha cambiado. Es esa cosa del "primer amor", quizá luego vienen otros mejores pero es inevitable tener un cariño especial hacia él. Cuestión que hasta que me topé con esta nueva serie había disfrutado de muchas joyas, pero nunca sentí algo tan especial como con Full Metal Alchemist Brotherhood.

 
Los personajes principales son los hermanos Elric, dos jóvenes y grandes alquimistas, aunque uno de ellos es un alquimista estatal, esto quiere decir que es parte de la milicia. Éste es Edward Elric, conocido también como "el alquimista de acero". Es el mayor de estos dos hermanos que, tras romper con la regla de la alquimia en que se prohíbe la trasmutación humana, pierden partes de sus cuerpos (o el cuerpo completo, en el caso del menor), y están decididos a buscar la forma de recuperarlos. Pero claro que, con el correr de los episodios, más y más situaciones irán apareciendo, hasta que se da a conocer un enemigo en particular (con varios más que lo ayudan) que es, digamos, el GROSO de la serie. Porque antes de éste aparecen otros, pero las cosas irán cambiando. Es complicado resumir una serie que tiene tanto, porque no es solamente el tema de los alquimistas contra estos seres que quieren destruirlo todo. Están las peleas internas de los soldados. Están esos personajes que buscan venganza, que vienen de situaciones anteriores. Están los personajes secundarios, también con sus cosas. Están las historias paralelas. Está el pasado, que se explica en la serie, que involucra una situación un tanto complicada con la milicia. ¡Hay de todo!

 
Van Hohenheim, uno de mis favoritos
 
 
Mi "mala" preferida, Lust.
 

Algo que me llamó la atención en esta serie es que si bien los malos son malos y no hay con qué darle, a algunos les empezás a tomar cariño. Y se siente extraño, porque ¡son malos! ¡Te da culpa quererlos! Están ahí, los ves que matan miles de personas, pero en un cierto punto te encariñás con los guachos y como que hay un leve entendimiento. No es que compartís sus decisiones o los caminos que tomaron, simplemente que cuando empezás a conocer más su historia, o lo que piensan y sienten, como que las cosas toman sentido. No son los malos "que son malos porque sí", que podemos ver en cualquier lado (en la vida misma), creo que ahí está el tema. No es que se les ocurrió salir a matar gente. Todo tiene un motivo, y está todo tan bien explicado, que los querés. A algunos al menos. A otros los querés cagar bien a trompadas, tampoco la pavada.

 
La primer serie, del 2003, me había gustado mucho de por sí. Luego me enteré de la existencia de esta otra, que no es una segunda parte sino una especie de reinicio de la historia, basándose de manera más fiel en el manga de Hiromu Arakawa. Si bien los primeros capítulos los pude ver de corrido, en un punto de la serie se tornó ese "esperar una semana" (a veces más) y era desesperante, porque la mayoría de los episodios te dejan con ganas de más. Estos días mismo, que la volvimos a ver, nos agarraba la desesperación por poner el siguiente y nos hemos quedado despiertos hasta altas horas de la noche sólo por ver uno más. Y eso que ya la habíamos visto.
 


64 capítulos que me hicieron estar al borde del sillón en más de una ocasión, que me hicieron reír, y varios que me hicieron llorar. Sí, lo admito, lloré en varias oportunidades. ¡Que me emociono, carajo! Es tan fuerte la conexión que logré con estos personajes, que ahora que la volví a terminar de ver no sé que voy a hacer. ¿Cómo hice para seguir viendo animé después de la primera vez que la vi? Necesito un tiempo prudente de duelo, para asimilar esta maravilla que la vida me dejó disfrutar.

 
 
Hiromu Arakawa: GRACIAS por esta genialidad de la vida. Si alguna vez te veo por la calle, te juro que te abrazo. Por favor no llames a la policía, no soy una enferma mental, sólo una persona agradecida por haber tenido la oportunidad de disfrutar esta joya. 

miércoles, 24 de julio de 2013

Invierno

La rutina semanal de la vida de la persona que debe abandonar su hogar para dirigirse a donde le toca trabajar o realizar su actividad habitual, va cambiando con el clima.

Si bien en verano, al menos en Buenos Aires, uno ya sabe que en general tiene que salir lo más en pelotas posible a la calle, el invierno es un maldito engendro de satanás. Por ahí un día te cagaste de frío, y decidiste al otro día salir hasta con guantes y gorro de lana, y te los terminás metiendo en el orto en la mochila o la cartera porque no los podés usar del calor que hace. Pasamos por temperaturas de 20º a 8º, de un día a otro, sin ningún tipo de problema. Sí...el clima de Buenos Aires tiene problemitas. Es un chico especial. Es un rompe pelotas y rompe roperos, porque no te conviene guardar toda la ropa de una estación en particular, NUNCA.

Es engañador en todo sentido. En algunas casas pasa que nomás sacar la cara de abajo de las sábanas a la hora de levantarse, ya más o menos te das una idea de cómo viene la mano. Pero en mi caso, al menos en este último año, me pasa que el departamento donde vivimos no es tan frío y en general cuando nos despertamos no sentimos ese cachetazo invernal que nos advierte que algo está pasando afuera (a menos que sea un día de esos de grados bajo cero, no hay tu tía con esos).


Mi pelo siempre luce hermoso por las mañanas, soy la envidia de los peluqueros -de algún país de gente con problemas mentales-

Por estas razones, al menos en mi caso, a la rutina mañanera de todos los días le agrego un movimiento más que es la clave del éxito en cuanto a vestimenta. ¿Ver el pronóstico para el día? No señor. No es necesario. Mi táctica es abrir la ventana del living, alejándome lo más posible del chiflete, y sacar la mano y parte del brazo. Dependiendo del grado de congelación que mis pobres dedos sufran, mi mente más o menos elabora un plan de vestiduras, que varía de acuerdo a los distintos grados:


Esa sería una cara de "que chiflete, la puta que lo parió"

Grado 1: Está fresco, pero no es grave y hay posibilidades de que levante la temperatura después. Salimos con camperita y bufanda, y después algo abrigado pero no tan asesino como para safar mientras no baje el sol.
Grado 2: Hace frío, agregar algún abrigo más a lo anterior, con posibilidad de guantes para que los dedos no se nos caigan luego de congelarse. Meditar sobre la posibilidad de llevar un par de medias extra si laburan, como yo, en una casa que parece un iglú. 
Grado 3: Hace un frío de la re concha de la lora. Mínimo dos poleras, gorro de lana, medias mega power, guantes, y lo que te encuentres que sirva y que te entre abajo de la campera. También conocido como grado ROBOCOP.


El grado ROBOCOP es ese que te hace un poco difícil andar por la calle sin parecer un robot enorme, pero la satisfacción de no sentir el frío no te la saca nadie (de ahí la cara de alegría) (sí, tengo un gorro de perro con orejas). 

Posiblemente no sea lo más cómodo del mundo, y algunas personas se quejarán porque la ropa "los agranda", pero yo prefiero parecer una heladera con patas y no cagarme de frío en el intento. Eso sí, siempre buscando de antemano la forma de sentir la temperatura, porque te quiero ver metiendo todos esos bártulos en el bolsito después cuando se pase la fresca.

viernes, 19 de julio de 2013

Vocación

Admiro a las personas que saben desde pequeñas qué quieren ser de grandes, y lo consiguen, y todo sale como esperaban (bueno, al menos la parte de terminar bien la carrera y gustarles).

Desde que yo era chica, siempre supe que quería ser veterinaria. Me encantan los animales, soy de esas insoportables que van caminando por la calle y se paran a acariciar cuánto perro se me cruce por el camino (y gatos también, pero esos son más ariscos, vio), y me la paso mirando fotos de bichos en internet cuando estoy aburrida de trabajar o simplemente estoy al pedo y necesito algo que me saque una sonrisa. En fin: creo se entiende, me gustan mucho. Cuando terminé el secundario allá por el 2002 empecé el cbc, me costó un poco pero lo terminé, y arranqué la carrera. Debo admitir que no lo hice con el pie derecho, recursé unas cuantas materias, algunas más de una vez, terminé dando una libre para sacármela de encima, y no iba a buen ritmo en general. Pero el detonante fue cuando me anoté de voluntaria en una fundación no gubernamental que hacía castraciones y brindaba atención veterinaria en zonas carenciadas de la provincia de Buenos Aires.

De movida ver el estado de esos animales me perturbaba y siempre volvía a mi casa con una mezcla de odio a la gente y tristeza infinita por estos pobres bichos que no pueden hacer nada para defenderse por sí solos. Siempre veíamos algún caso muy extremo, tumores gigantescos, heridas llenas de gusanos, sarnas muy avanzadas, en fin, cosas que te sacan las ganas de vivir. Pero lo peor de todo llegó un día en que justamente yo estaba de ayudante de cirugía. Cursaba materias de segundo año (y una de tercero) y era muy buena experiencia laburar ahí. Ese día nos llegó, entre otras, una perra para castrar pero que ya de antemano se re notaba que estaba preñada. Política de la fundación: castrarla es mejor que hacerla tener cría y que terminen en la calle. Algo que yo NO compartía ni antes ni ahora, porque creo que con buenas intenciones y perseverancia un animal puede conseguir un hogar medianamente decente. Cuestión que ya todo me "olía" mal, sabía que iba a ser para quilombo pero acepté a ayudar lo mismo en la cirugía de esta perra.

Los cachorros estaban a pocos días de nacer. Mi papel era sostener el útero mientras la doctora lo sacaba, entre otras cosas. Creo que se imaginan el resto. ¿El destino de ese útero con esos pequeños animales? El tachito de basura de residuos patogénicos.

Ese día no pude parar de llorar, ni pude dormir. Lo único que sentía era una mezcla horrible de traición, de odio, de desesperación, de no saber qué hacer. Esa noche me di cuenta que yo no podía ser veterinaria, porque hay decisiones que iban a tener que ser tomadas que yo no iba a ser capaz de tomar. Iban a morirse animales en el consultorio, y yo ya sabía que no iba a soportarlo. Y pensándolo bastante bien los días que siguieron, así fue como terminé dejando la carrera con la que soñé desde chiquita.

Los años pasaron, hace 7 años que dejé, y no encontré nunca más mi vocación, si es que tengo otra, o si es que veterinaria nunca lo fue. Probé diferentes cosas, empecé turismo pero finalmente no duré ni un año, probé paisajismo pero el diseño no es lo mío. Por suerte con el título secundario y unos cursos que hice en el medio hoy en día tengo trabajo, pero no es lo que "quería" ser, ni de cerca.

¿Alguien logró ser lo que alguna vez soñó? He visto algunos casos, pero la verdad es que no sé si no es una fantasía de la niñez/adolescencia, y acá estoy todavía buscando mi "cosa" en este mundo. El año que viene quiero probar de estudiar traductorado, los idiomas siempre me han gustado y me llevo muy bien con el inglés. Pero hay un hueco en mi alma que me quedó del día que tuve que ayudar en ese aborto. Del día que me di cuenta que no iba a poder ser veterinaria y ayudar a las criaturas que más me gustan en esta vida.

Y todavía se siente feo, che.

lunes, 15 de julio de 2013

La maldición de la calza

Hace unos años me compré en un local de ropa de acá de mi barrio unas calzas de esas que algunas mujeres solemos ponernos debajo de las polleras, pero en no mucho tiempo se me empezaron a hacer pelota y se me rompieron todas en la zona de la "ingle", un lugar maldito por los dioses en donde las personas que somos de tener piernas juntas rompemos toda la ropa (calzas, jeans, etc) después de un tiempo de uso. Estoy acostumbrada a que me pase, pero digamos que no me duraron mucho, así que en ese entonces opté por ir al negocio a decirle a la que me vendió (una mujer que lleva MUCHOS años en el mismo negocio de ropa en este barrio, donde entre otras mi vieja vive comprando), a ver qué onda con sus calzas.

Cuando fui a hablar con ella, su justificación fue (y estoy citando casi textuales sus palabras): "No sé por qué se te rompieron las calzas. Sinceramente no suelo tener clientas gordas".

Más allá de que esta señora es una reverenda hija de mil puta persona sin tacto alguno, no puedo hacerme la ofendida diciendo algo como "y yo no estaba gorda" porque le estaría mintiendo. Estaba gorda, sí. Pero no hacía falta esa respuesta, sinceramente. Una cosa no hace a la otra. Que tu ropa sea una cagada que no dura nada no es mi culpa, por más que yo tenga ese problema.

Desde ese momento me juré que nunca más pisaría el local de esta mierda de persona, pasara lo que pasara, donde además tampoco es que tiene la mejor ropa de la zona. Es barata (dentro de todo) pero no es la muerte de nadie.

La semana pasada estaba buscando un regalo para mi suegro y vi en el negocio de esta enferma, desde la calle, unos sweaters que estaban buenísimos y no eran para nada caros. Como yo no le quiero pisar, le pedí a mi vieja que me acompañara a comprarlo. Obvio, "que boluda" pensarán ustedes, porque si tanto la desprecio no debería comprarle, pero la verdad es que la economía pesa y tampoco me iba a dejar robar pagando el doble por un sweater que ahí estaba a buen precio. En fin, cuestión que voy con mi vieja y es tanta mi mala suerte que la que sale a atenderla es esta reventada. Me alejo de la vidriera y me quedo casi en la vereda esperando que mi vieja lo compre, cuando la escucho que le dice: "Ayyy pero qué hizo tu hija, está re flaca, blablabla"

Acto seguido me mira a mi y me dice: "Cuánto adelgazaste?" poniendo cara de copada, y con mi mejor (¡pero la mejor!) cara de orto le dije, mirándola a los ojos: "LA VERDAD QUE NO SÉ", y me fui.

No es que yo soy una loca bárbara y le tiré la mejor respuesta del mundo, no es por eso que lo cuento, pero esta mina me genera repulsión. Más allá de que alguna vez me haya dicho esa burrada que nunca me voy a olvidar, esté gorda o no esté gorda, me da bronca la mala actitud de las personas, especialmente cuando se dedican al negocio de la ropa. Yo no me rompí el orto para bajar de peso para después ir a sonreirle a alguien que en su momento me bloqueó con su comentario por mi peso en ese entonces. No. Lo hice por mi, porque ya no me sentía bien, y porque siempre fue algo que me molestó de mi vida. Así que si estás esperando que después de ciertas cosas vaya y abrace tu comentario y me suba el autoestima, podés esperar sentada, pendevieja asquerosa, teñida y ridícula.

Si no tienen tacto para tratar con gente, no se dediquen a negocios que involucran a las personas. O por lo menos aprendan a guardar su mierda adentro y ponerle sonrisa a los demás, caso contrario, dedíquense a otra cosa porque se van a cagar de hambre. O van a perder clientes.

viernes, 12 de julio de 2013

Cinefilismo

Ir al cine es una de las salidas que más disfruto, con amigos, con mi novio, sola, como sea: es algo que me encanta. Ver películas nuevas o reestrenadas en pantalla gigante, volumen bien fuerte, butacas cómodas, tal vez algún pochoclo o algo así rico para acompañar y simplemente disfrutar un buen rato de buenas películas.

Pero tiene la contra más jodida de la vida: LA GENTE.


La gente que va al cine, en general, es impresentable. He visto de todo, y tengo algunas anécdotas de esas que son raras de encontrar, como la vez que fui con una amiga y había una boluda hablando durante TODA la película, a la que al terminar la increpamos y medio que la cagamos a pedos, y toda su explicación fue: "Pero él es ciego, se la tengo que leer". No me tilden de atrevida, racista o nazi (ni nada raro por favor), pero la verdad es que hay un momento y un lugar para cada cosa, y honestamente ese no era ni una cosa ni la otra. O una vez que un viejo (CREO que era mientras miraba "El Rey Arturo", pero no recuerdo bien) le contaba a la vieja con la que estaba toda la historia, pero la verdadera, sobre la trama de la película.

Desde haber visto una peli en la misma sala y el mismo momento que el "fansclub" de los libros de "Los juegos del hambre" (GRAVE ERROR), a ver bebés en el cine que sólo se dedican a llorar todo el tiempo, soy una colección de malas experiencias cinéfilas que de a poquito me van obligando a hacer ciertas cosas para intentar evitarlas, como ser no ir al cine en fines de semana, o evitar ciertos lugares donde sé que moran los peorcitos (como el Shopping de Devoto).

Gente que mastica pochoclo exageradamente, gente que habla sin parar, gente que se ríe de cualquier cosa en cualquier momento, gente que anda con el celular y publicando en facebook o charlando por whatsapp sin poder esperar a hacerlo cuando sale, gente que se pelea adentro de la sala a viva voz, grupitos de adolescentes que hacen un quilombo bárbaro, y la que me tocó ayer: un nene que tenía a mi lado que se la pasó tirándose pedos TODA la película.

Ir al cine es un placer, sí...pero estaría mejor que no hubiera gente en las salas. He dicho.

miércoles, 10 de julio de 2013

Literario

Cuando vi la película a principio de año quedé realmente fascinada, pero el libro se agotó enseguida. Hace poco volví a encontrármelo en una librería y no pude evitar traérmelo a casa.

Cloud Atlas (o "El atlas de las nubes" en castellano) es un viaje a un entretejido de historias que van cambiando de tiempo y de personajes, pero algunas cosas se mantienen. Muy a lo "reencarnación del alma", en las distintas historias que iremos leyendo encontraremos señales repetidas que nos muestran personajes que reaparecen, quizá en distintos cuerpos, quizá en distintos sexos cada vez, pero ahí están. Los déjà vu's tienen una explicación entre estas páginas: recordar algo que sentís que ya conocés, porque lo viviste en una vida anterior.

El libro está realmente muy bien contado, es atrapante, no todos los capítulos están escritos de la misma forma: uno es tipo un rejunte de cartas, otro es un diario íntimo, otro es una entrevista, y así. Y en todos vas encontrando la "cosita" que los va uniendo, empezando desde muchos años atrás a un futuro donde la humanidad ya ni es lo que es ahora.

Amores y desamores, justicias e injusticias, traiciones y reencuentros, en fin, todo esto lo vamos a encontrar en las casi 600 páginas de este pedazo de libro que recomiendo muchísimo.

Y la película es absolutamente igual. Al que no la vio le recomendaría que se deje llevar por la magia de la lectura antes, porque la verdad es una de las mejores adaptaciones que he visto en el cine. Y leerlo sin haber visto la película debe ser todavía más mágico aun.

Una frase:
"El tiempo es lo que impide que toda la historia ocurra de golpe; el tiempo es la velocidad a la que desaparece el pasado"

lunes, 8 de julio de 2013

A place called home

El mes que viene se cumple 1 año desde que convivo con mi novio (sin padres de por medio), alquilando un departamento muy bonito de dos ambientes. El tema es que acá (en Buenos Aires al menos, no sé como será en otros lados) el segundo año de contrato de alquiler aumenta, en general un 20% (con suerte, a veces 25/30%) sobre el valor del primer año, y como las expensas también decidieron aumentar copiosamente desde que vivimos acá, empezamos a buscar otras opciones.

Lo malo de mudarse -de nuevo- es que para entrar en un departamento te arrancan la cabeza. Mínimamente son 4 meses, entre el depósito, el mes adelantado y los honorarios de la inmobiliaria (a menos que tengas la suerte de conseguir por dueño directo), y a esto a veces hay que sumar impuestos y las firmas ante escribano para el contrato, y demás. Resumiendo: se te va fácil la mitad de la plata que pudiste haber ahorrado en un largo período de tiempo.

Y lo peor de todo, es volver a lidiar con los avisos.

Fotos que muestran cosas que no son, precios desorbitados, y pequeñeces que te terminan hartando.

Uno de los que fuimos a ver, fue uno que nos recomendó una inmobiliaria que llamé preguntando por otro que ya estaba reservado. Ya ir a ver algo de lo que no viste fotos, es complicado. Pero, el precio del alquiler nos dio a entender que sería un lugar medianamente pasable, además que por teléfono nos dijeron "está en buen estado". La primer mentira de todas. El lugar era viejo, despintado, con manchas de humedad gigantes, el baño todo manchado de sarro (hasta en la bañera), un desastre de principio a fin. La terraza estaba llena de agujeros (por los que se filtraba la humedad que se veía en los techos de abajo), y encima nos dijeron que en medio año vendrían unos obreros a construir una habitación más ahí. "Pero serán 10 días nomás, no creo que los molesten". No, si a mi me encantaría tener la casa hecha un quilombo por meter una habitación más, tranquilo eh.

Otro era una especie de casa refaccionada dividida en varios departamentos. Aprovechando que había tres libres los vimos todos. El que tenía lindo el baño, tenía un living del tamaño de una caja de zapatos, y no tenía horno (estoy maravillada, es la primera vez que veo departamentos reciclados a nuevo que no tienen horno). El que tenía horno y todo, tenía el baño del tiempo del ñaupa, con sarro y todo lo de siempre. Y el que tenía un living enorme con hogar a leña inclusive, tenía todas las ventanas dando al techo de la gomería de al lado, donde cientos de distintos objetos de dudosa procedencia se oxidaban al aire libre (no me quedé lo suficiente como para verificar si en efecto también habría ratas). Ah, este tampoco tenía horno. ¿La gente tiene hornos abajo del brazo cuando se está por mudar? Misterio.

Al final, de tanto ver avisos, tanto llamar, tantas fotos que te tiran abajo y otros tantos lugares que fuimos a ver, notamos que no hay nada en precios razonables que sea por lo menos parecido a este donde estamos alquilando ahora.

¿Moraleja? Y bueno, nos aumentan el alquiler el mes que viene, pero es lindo el departamento podrido este. Nos apretaremos un poco, gastaremos un poco menos (o ahorraremos menos mensualmente), pero por el momento en este lugar encontramos un sitio al que llamar "hogar" que no pudimos ver en todos los otros que anduvimos mirando.

Hasta que aparezca otra cosa, querido departamentito, seguirás siendo nuestra cucha.


Mi parte favorita del departamento :B

lunes, 1 de julio de 2013

Iguazú ~ Junio 2013


¡Hola a todos! Aquí de nuevo les traigo mis aventuras viajeras, esta vez un viajecito express de tres días por el litoral argentino, para conocer por fin las Cataratas del Iguazú.

La verdad es que estábamos un poco preocupados con la Zoqueta por todo esto que estaban dando los noticieros del lío que hubo en Iguazú por las terribles lluvias y la subida del río, que hicieron que el caudal de las cataratas aumente copiosamente y parecía que era tierra de nadie, pero como siempre: ¡nada que ver! Lo único que tuvimos que posponer un poco fue la "Garganta del Diablo", famoso salto que parece que es increíble, pero quedará para una próxima vez. Lo demás: hicimos todo lo planificado. ¡Buenísimo!



Una de las primeras cosas que siempre pruebo en los hoteles son las camas, si no son mulliditas duermo para la merda. Por suerte estas estaban muy bien, ¡dormí como un cerdo!





Acá mi primer contacto con las cataratas. Tenía un poco de miedo de resbalarme y que la corriente me lleve al carajo, pero por suerte no pasó nada. ¡Qué sería de la Zoqueta si a mi me pasara algo! Sus historias de viajes serían aburridísimas.


Luego de una buena caminata viene una buena comilona. En materia de precios no eran tan asesinos con la comida, o la yerba y los dulces. Pero andá a comprar una artesanía bien copada sin empeñar un órgano, dale, te quiero ver. ¡Y ni te cuento si se te ocurría comprar del lado brasilero!



Me cago en la Zoqueta hija de puta vegetariana, ¡ensalada tenía que comer!


Acá otra foto de ese hermoso lugar. Los pelitos me quedaron todos húmedos, por suerte no me quedó olor a pata encima. 

Además de visitar las dos cataratas fuimos al "Parque de las Aves", un lugar muy lindo que está lleno de bicharracos, más que nada de loros y sus derivados (?). No me animé a salir de la mochila porque los hijos de puta esos andaban medio sueltos, y ya tengo malas experiencias con el loro en la casa de la mamá de la Zoqueta: ¡Me picoteó la nariz una vez! Ante la duda, me quedé escondido. Los pájaros y yo no nos llevamos bien.
Tampoco me animé a salir cuando la loca de mierda esta hizo tirolesa a 20 metros de altura entre los árboles de la selva, tiene un pedo en la cabeza, miren si me caía y me partía el upite. ¡Con el upite tan lindo y tiernecito que tengo!


Pero en materia de alcohol no podía no aparecer, así que la última noche decidí explorar yo también el "Icebar Iguazú" y mamarme un poquito. Es un bar hecho todo de hielo (hasta los vasos), que está a 10º bajo cero. Todos tenían frío, ¡qué manga de maricones! Yo me la banco porque soy de la Patagonia: soy un capo.


Acá tomándome un rico Bailey's


La verdad fueron 3 días geniales, conociendo un lugar nuevo y disfrutando un poco de naturaleza. ¡Sólo que mi pelito y yo con la humedad no nos llevamos nada bien! Suerte que en el hotel tenían secador de pelo y después de bañarme cada noche ya no parecía un esperpento.
¡Saludos y hasta la próxima vacación-aventura!