miércoles, 20 de abril de 2016

Literario

Bueno, terminé la trilogía de los O'Dwyer. Esperé a tener los dos que me faltaban terminados para opinar, por dos razones:
1) El segundo tomo me emboló un poco, y necesitaba seguir de largo la historia para ver si mejoraba; y 2) Me daba fiaca comentar sobre el dos nada más. Vamos allá.



¿Qué pasó, Nora Roberts? Antes eras chévere...

Bueno, tampoco vamos a exagerar. El primer libro me había gustado bastante, especialmente la ambientación. Irlanda. Una familia de magos que se reúne. Cada uno de los tres con un animal que lo representa y con el que tienen su unión especial: caballo, perro, halcón. Un hechicero malvado que tiene más años que la escarapela, y sigue buscando vengarse de LA bruja que lo maldijo hace siglos (que es quien le regala su poder a sus tres hijos, un poder que será heredado a través de las distintas generaciones que los siguen). Encima la que tiene al caballo de protección, puede hablar con los caballos. Me vuelvo loca. BUENO, cuestión que el segundo libro, Hechizo en la niebla, tiene un tinte romántico que a en particular me aburrió enormemente. No tengo nada contra el amor, pero me pareció ya un poco pesado y no veía la hora de terminarlo. La historia seguía bien, ellos seguían entrenando y preparándose para enfrentarse a Cabhan, pero todo el romance me saturó. Todo bien, capaz que a una persona más joven le parece re lindo y dulce, yo que ya tengo treintaytantos como que no me lo banco tanto. Ya fui adolescente una vez y fue más que suficiente. Tampoco es un amor molestísimo tipo Crepúsculo, pero ahí está.

Por suerte el tercer tomo levanta de nuevo la historia. Sigue el amor pero ya no es tan goma como en el segundo. Los tres cada vez ganan más fuerza, se preparan, hacen sus magias. Lo interesante también es que los tres «de este tiempo» empiezan a contactarse con los tres «del tiempo anterior», con lo cual se dan situaciones tipo que una del siglo pasado entra en la cocina de la de ahora y se sorprende de lo que ve. Tiene cosas muy copadas, pero claramente toda la movida de preparación para enfrentarse al hechicero es de lo más interesante. Ese enfrentamiento está también muy bueno. Otra cosa que me gusta como resolvieron fue la situación del que en este tiempo es, digamos, «heredero» del hechicero. Lleva una marca en su cuerpo y su magia en las venas, aunque ya desde el primer libro nos explican que no lleva su maldad (o no la tiene detonada). La resolución de este personaje en particular me gustó, se dio muy bien.

Así que, en líneas generales, es una buena historia. Entretenida, fácil de leer, con mucha magia. Eso sí, el romance está a la orden del día y puede pasarles como a mí, que me cansó un poquito. Pero todo se supera porque IRLANDA y cosas así, de las que me gustan mucho.

¡Recomendable!

martes, 5 de abril de 2016

La vida del veg

Y siguen las cocinadas, siguen los experimentos en la cocina. Amo encontrar sabores nuevos y mezclas que quedan increíbles, como la ralladura de limón en los rellenos de empanadas o en los salteados de verduras. Todavía me falta seguir incursionando un poco más en la parte dulce del veganismo, pero de la parte salada no puedo quejarme. Ya mastereo (?) algunos quesos, especialmente una muzza que se hace a base de leche de avena y queda muy sabrosa, y genial para pizzas o milanesas tipo napolitana.


En las fotos:
(Fila de arriba, de izquierda a derecha) Hamburguesas de remolacha con garbanzos, salteado de vegetales con soja texturizada tipo albóndigas, hamburguesas de quínoa con garbanzos, pastel de papa, churrasquitos de soja salteados con calabaza al horno.
(Fila de abajo, de izquierda a derecha) Tostaditas de pan árabe, fajitas de masa casera rellenas de verduras y aderezo de semillas de girasol, pizza con muzza de avena, hamburguesas de lentejas con tomates secos y aceitunas, churrasquitos de soja a la cerveza con zanahorias al horno.

Comemos bien variado y ando como loca buscando recetas nuevas. De hecho ya ahora me toca hacer unos medallones de verduras (que tienen papa, brócoli y arvejas entre otras cosas) que quedan increíbles, y ando pensando en qué otras cosas locas puedo armar para estos días.

¡No vivo de ensalada!