miércoles, 21 de octubre de 2015

Mrs.

Se acerca una nueva etapa de mi vida de la cual desconozco por completo de qué se trata.
Muchos pensarán que porque llevo muchos años en pareja y buena parte de esos años conviviendo, la transición de ser novios a estar casados es un trámite. Una libretita. Y, en algún punto, hasta yo lo pensaba.
Pero se acerca la fecha y una emoción extraña se va apoderando de mi mente. De pronto caigo que voy a estar casada. CASADA. ¡Yo! La que ya decía que nunca le iba a pasar eso, en parte por las relaciones de recontra mierda maravillosas (sarcasm detected) por las que pasé. Sí, claro, de todo se aprende algo. Pero una de las cosas en las que más firmemente creí a partir de todas las que pasé, era que la posibilidad de llegar a este punto era casi nula.
Pero acá estamos.
En exactamente dos semanas mi estado civil va a ser otro.
DOS FUCKING SEMANAS.

Todo está listo.
La ropa de ambos está comprada, incluyendo accesorios para la dama.
Los zapatos han sido dispuestos en horma para no asesinarme los pies (aunque igual lo hacen, veremos si lograré usarlos).
El registro ha sido reservado, y ya tenemos fecha para los análisis prenupciales.
El restaurant al que iremos a almorzar ese mismo día con nuestras familias y algunos amigos fue reservado hoy, y será señado monetariamente el fin de semana.
Los anillos están esperando en su cajita.

¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!

(No grito en serio porque son casi las 12 de la noche y mis vecinos me van a matar).
(Nota: gritar mañana por la mañana).

martes, 13 de octubre de 2015

Literario

Después de mucho tiempo, vuelve a mis manos otro libro con andanzas de Lisbeth Salander y Mikael Blomkvist.
«Momentito», dirán algunos, «¿Stieg Larsson no murió en el 2004?». Claro que sí, mi estimado inspector de la verdad. El escritor de la trilogía original de Millenium (una joya obligada en biblioteca, especialmente para amantes del género policial negro) murió tras entregarle a su editor el tercer volumen de la saga. Un hombre que, evidentemente, no llegó a enterarse de lo millonario que se volvería. Los que sí disfrutaron esta billeteada tremenda fueron su esposa, su padre y su hermano.
Stieg tenía en mente una saga de diez libros. Sólo llegó a terminar 3 y a tirar unas 200 páginas de la cuarta entrega. Y acá es donde entra en juego este señor (también sueco) llamado David Langercrantz, un escritor de gran experiencia que se subió al barco y se toma el trabajo de seguir con esta maravillosa saga.

Ante todo quiero aclarar (para quien no lo sepa) que no tengo memoria fotográfica. Es más, creo firmemente que mi cerebro va borrando información vieja para dejar lugar a las cosas nuevas, por lo que me pasa a menudo que olvido detalles de los libros que leo. Es más, a veces me olvido por completo de los mismos. PERO, así y todo, podría sentir un choque cuando me cambian el escritor de una saga. Ese cambio es difícil que no sea perceptible. Y debo decir que, si bien David Lagercrantz no escribe (gracias a dios) como Stieg Larsson, esta entrega es sumamente buena. ¿Por qué digo «gracias a dios»? Porque si quisiera leer a Stieg Larsson escribiendo releería la trilogía original, maldita sea. No me gusta cuando un escritor copia el estilo del otro. Así que en ese aspecto, me alegra mucho leer en formato distinto, si se quiere, a personajes tan queridos como Lisbeth y Mikael. Hay otros personajes, claro está, pero ser ellos dos son el eje de estas historias. ¿Y me dicen que Stieg quería 10 libros? Si van a seguir siendo así de buenos y atrapantes, sacame 20 Cacho.

Volvamos a lo que nos compete. Lo que no te mata te hace más fuerte. Gran historia que mete inteligencia artificial, super computadoras, chicos con capacidades diferentes pero con mentes que sobrepasan el límite normal humano, traiciones, engaños, asesinatos, torturas. No puedo decir que en estas páginas haya la misma crudeza que en algunas de las entregas anteriores (y algunas fueron sumamente crudas) pero no dejan de tener su alma. Lisbeth sigue siendo una genia con las máquinas y, posiblemente, cosechó un factor humano un tantito más fuerte que antes. Quizá el tiempo la ablandó un ápice, quien sabe, pero sin rozar la exageración (porque Lisbeth es un personaje oscuro y socialmente imperfecto), podría decir que estamos ante una Lisbeth un poquito menos máquina. Mikael sigue siendo el periodista que lucha por su revista y hace lo posible por remontarla. Y la relación entre ellos, si bien sufrió unos cambios debido a lo que les pasó en el pasado, sigue estando ahí. Es inevitable. Una cosa del destino, diría yo.

Honestamente, empecé el libro con temor a que fuera una porquería. La trilogía original fue tan buena, la disfruté tanto, que temía encontrarme con cualquier cosa. Pero, por suerte, no fue así. Estoy muy aliviada y, por supuesto, feliz de volver a leer las andanzas de esta gente.
Más vale que ahora voy a esperar los siguientes. Y espero que no tarden mucho.

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¿Cómo? ¿Que no leíste Millenium? ¿VOS QUERÉS QUE YO TE FAJE?

martes, 6 de octubre de 2015

Alzheimer

Creo que estoy al límite de lo que da mi cerebro.

Este año tuvo (y todavía falta) de todo. Fechas importantes, momentos en que me quise matar, mucha pena, mucha alegría. Y estos últimos meses me trae un casamiento (¡en un mes!), un viaje soñado y mucho, MUCHÍSIMO trabajo. DEMASIADO.

Me doy cuenta que estoy pasada porque ya no recuerdo nada. En general me pasa que alguna cosita me olvido. Algún llamado que anoté pero nunca avisé por distraída, algo que tenía que hacer y se me pasa, pavadas de la vida diaria. Pero estos días ya estoy en cualquiera. Me olvido de trabajos que me piden los clientes, hoy me llamó uno diciéndome "me re colgaste". Sí, te colgué chabón, me olvidé por completo de tu existencia y lo que tenía que hacer. Tengo que traer o llevar cosas a lo de mi vieja y lo recuerdo cuando llego a mi casa a la noche. Me olvido de ir al médico, esto ya es triste. Tengo que sacarme sangre y hacerme los análisis hace como tres meses y se me pasan las semanas sin que yo me de cuenta. Todavía vengo zafando con la facultad porque me obligo a entrar todos los lunes a ver qué hay que hacer. Mi nerda interior no me permite colgarme con eso (y además con lo que me hace doler el bolsillo, más vale darle duro).

Voy a tener que empezar a pegarme los post-it en la jeta, porque claramente tener un calendario donde anoto lo que tengo que hacer (VALE MIRARLO, CRIATURA ESTÚPIDA) o pegarme post-it en el monitor del trabajo no es suficiente.

Necesito vacaciones. En realidad, necesito que el teléfono deje de sonar y que los mails dejen de llegar. O no darles bola. DEJEMEN EN PAZ.

lunes, 5 de octubre de 2015

Enfermedades sociales

Nada más sencillo para admirar la inmundicia humana que sentarse a leer las redes sociales. Un ratito nada más eh, no se necesita mucho tiempo. Y así podés aprender un montón de cosas: cómo hacer un gorrito de lana usando un sweater viejo, que un perrito puede abrir la puerta y traerte las pantuflas, y que algunos de tus contactos sufren de la envidia mierdónica volante.

"¿Qué carajos es la envidia mierdónica volante?", se preguntarán ustedes. Oh, se trata de un mal muy sencillo que aqueja a muchas personas. Un virus, si se quiere. Una bruma de caca aromática que te ataca y te envenena el corazón. Una mierda, en resumen.

¿Cómo sé si yo tengo la envidia mierdónica volante? Bueno, es simple. Vas a notar que cuando algunas personas comparten situaciones de la vida que los hacen felices, te va a nacer una necesidad implacable de comentarle una pavada que nace de lo más oscuro de tu envidia. Entonces, en vez de decir algo como "qué bueno, me alegro por vos" vas a tirar otra cosa. Otra cosa oscura, maléfica y cargada de soretismo. En pocas palabras: sos un reventado.

Unos claros ejemplos de este mal:

Situación 1
Tu amigo se va a comer a un lugar lindo. Comparte una foto de la mesa, muy bonita ella, y una foto del plato que está por devorarse.

Comentarios de envidiosos detectados: 
"¿Y la dieta?"
"Nunca una ensaladita vos"

Situación 2
Tu amigo es modelo, no hace mucho, pero desde que empezó comparte fotos de sus campañas. El tipo (que vos lo conocés) lo hace porque está contento, porque para él es un logro. Es algo que quiere compartir.

Comentario de envidioso detectado:
"Che, ¿te estás quedando pelado?"

Situación 3
Tu amigo se fue de vacaciones. Capaz esa persona viaja seguido, capaz que no. El motivo que sea: no debería interesar. La cuestión es que esa persona viajó y quiere compartir sus experiencias mostrando fotos de los lugares que visitó.

Comentario de envidioso detectado:
"Che, como laburás eh, te la pasas viajando"
"¿No era que no tenías plata?"

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Luchemos contra el mal de la envidia mierdónica volante. Salvemos al mundo de estos forros que no dejan vivir, y que tienen que tener el dedito listo para introducirlo donde nadie les pidió. SALVEMOLON, TE PIDO PARFAVAR.

viernes, 2 de octubre de 2015

No puedo usar anteojos de sol a la noche

Un día, al señor Domingo Faustino Sarmiento, se le ocurrió (entre tantas ideas pelotudas que tuvo) que la ciudad quedaría muy linda con sus veredas llenas de cierto arbolito conocido cariñosamente como plátano.
Este arbolito no sólo tiene unas raíces que levantan la vereda más jodida, sino que encima, sus semillitas van protegidas con una pelusa hedionda que genera una acción alérgica en ciertas personas.
OBVIO, soy una de ellas. No podría ser de otra manera.
Así que hace unos días estoy sufriendo como una condenada, porque no sólo estamos en primavera y la pelusa de la recalcada concha de su hermana nos saluda cada día, sino que encima hay un viento de la gran siete que las revuelve para todos lados.


Así vuelvo a casa todos los días

No podía poner un árbol de vereda que no jodiera este tipo. No. El tenía que elegir un árbol europeo, porque es re fashion tener cosas europeas en Buenos Aires gordi, un árbol que lo único que hace cuando llega la primavera es romper las pelotas. En la época en que uno está esperando, feliz, que los árboles florezcan y saquen sus hojitas nuevas para regocijarse la vista con el verde de la nueva vida (!), nos fumamos la mala idea de un gilastrún que desde el quinto infierno se nos caga de risa.


Ayyy qué lindos los platanitos, miren esos colores, ay la vida qué hermosa, qué feliz que soy.


Ohhh, las hojitas nuevas, el verde. Ay mirá, tiene bolitas, qué lindo arbolito.



LA PUTA QUE TE PARIÓ.

jueves, 1 de octubre de 2015

Literario

Este semestre empecé a cursar Literatura Inglesa (ya con ese nombre la amo), y esta semana tocaba elegir un poema inglés con el que nos sintiéramos identificados. La verdad es que de poesía en inglés sé poco y nada, de mi época de "poeta" (agregar muchas, muchísimas comas a esa barbaridad que acabo de decir) poco sabía sobre la poesía en general.
Pero recordé que sí hay un poema en inglés que me llegó al corazón la primera vez que lo leí, porque fue como si describiera un poco lo que fue, para mí, mi infancia. Mi paso hacia la adolescencia, y lo que me hizo esta persona que soy hoy.
Qué mejor forma de compartirlo que de la mano de Nemi, uno de mis personajes de internet favoritos.


From childhood's hour I have not been
As others were; I have not seen
As others saw; I could not bring
My passions from a common spring.
From the same source I have not taken
My sorrow; I could not awaken
My heart to joy at the same tone;
And all I loved, I loved alone.
Then- in my childhood, in the dawn
Of a most stormy life- was drawn
From every depth of good and ill
The mystery which binds me still:
From the torrent, or the fountain,
From the red cliff of the mountain,
From the sun that round me rolled
In its autumn tint of gold,
From the lightning in the sky
As it passed me flying by,
From the thunder and the storm,
And the cloud that took the form
(When the rest of Heaven was blue)
Of a demon in my view.

Por supuesto, acabo de subirlo para la tarea de esta semana. Un genio, el señor Poe.