sábado, 29 de noviembre de 2014

Sounds of life

Siempre me gustaron las listas, y estoy segura que hice casi de todo tipo... pero como blogueo desde el año 2004 me permito (porque sí, se me antoja), a veces, caer en la repetición. En parte porque no recuerdo todo lo que escribí en la vida, y en parte porque no se me da la gana, ¡en el viejo blog tengo casi 8 años de posts! ¡Ni loca reviso todo eso!

Por lo que yo misma me invento el tener que escribir mis 10 sonidos favoritos en este momento (me gusta porque esas cosas van cambiando con el tiempo, posiblemente si esto ya lo escribí no debería ser igual hoy):


  1. El ruido de la lluvia en los toldos de lona (y ahora donde alquilo tengo ese tipo de toldo en el patio ^_^)
  2. El ruido del viento bien fuerte en mis oídos
  3. El sonido del silencio un día que estoy sola en casa sin música ni nada (el barrio donde vivo es muy tranquilo y, a pesar de la proximidad de una avenida, acá adentro no escucho casi nada)
  4. El canto de los pajaritos mientras estoy trabajando (again: barrio tranquilo)
  5. Volviendo al viento, aparte de ese que nombré me gusta mucho cuando estoy en alguna casa y se sienten esos remolinos zarpados de viento, que silba locamente y parece que en cualquier momento dicha casa se va volando a la mierda (soy una enferma del viento, I know it)
  6. El ruido del ventilador  no sé si lo pondría que me gusta, pero me calma y duermo como un bebé en esas noches de verano donde lo usamos
  7. Las campanas de iglesia me encantan. No soy religiosa ni nada, pero tienen algo... mágico. Es un sonido maravilloso.
  8. El sonido del violín es el sonido musical más hermoso del universo
  9. El ruido de las pisadas de mi perra cuando corre sobre la arena mojada. Es muy especial.
  10. Y ya que estamos con mi perra, por la cual me babeo, me encanta el ruidito de sus uñas cuando está soñando y las arrastra por el piso, dormida.
Hoy pude escuchar varios de estos... fue un gran día (MEGA ñoña).

jueves, 27 de noviembre de 2014

Literario

Lo primero que se me ocurre decir respecto al siguiente libro es: "¡WOW!"

En las primeras páginas de Espiral, la quinta entrega de la saga de Túneles, el editor pone que no sabe si los fanáticos de estos libros estarán preparados para el secreto de los styx que se está por mostrar. Para el que viene leyendo, sabe que son unos extraños humanos llenos de maldad y que poco les importan los seres de la superficie, pero tras haberlo terminado tengo que decir que ese comentario del editor era realmente certero. Lo que este libro nos cuenta, lo que nos enteramos... no te lo esperás. Ni ahí. No es algo que decís "bueno, podía ser, me imaginé". No. Para nada.
La saga sigue subiendo en calidad y mejorando a límites insospechados. Nuestros amigos pasarán nuevamente por pruebas difíciles, habrá muchas tristezas, mucho dolor, muchas alegrías. Y sí, de verdad es difícil explicar algo así sin meterse en los escabrosos terrenos del spoiler.
¿Es una maravilla? Lo es. ¿Vale la pena comprarlo y seguir adelante con esta saga? Oh sí, sin un ápice de dudas. No decepciona, no cae, no pierde fuerza, no baja la tensión, no te deja insatisfecho. Todo lo contrario. Te deja hambriento de más, corriendo hacia la biblioteca o la librería a buscar el sexto y último libro, y así seguir alimentándote de estas fantásticas palabras.

ME ENCANTA encontrarme con libros tan geniales como este. Tan atrapante, que no lo puedo soltar, ni aunque esté parada en el colectivo dejo de leerlo. Me he quedado horas leyendo antes de dormir, en pequeños ratos libres... lo disfruté de principio a fin.

Ya empecé el último. Por un lado muero de intriga... por el otro, no quiero que se termine.

¡A leer!

lunes, 24 de noviembre de 2014

Yo sólo quería salir de casa

Me causa gracia que la gente se sorprenda (y hasta me trate de vieja chota), cuando les comento que prefiero mil veces la comodidad de mi sillón y mi hogar que salir a la calle a enfrentarme a esta barbarie de inadaptados sociales.
Sí, posiblemente mi paciencia en 30 años haya ido disminuyendo, pero no podemos negar la evidencia de que la gente está cada vez más pelotuda.
Una de mis actividades favoritas que involucran moverme fuera de mi hábitat natural hogareño es ir al cine a ver alguna película copada.
Para dicha actividad intento tener en cuenta algunas variables:

  • Tipo de película y estado del estreno (ya me ha pasado, por ejemplo, de cometer el error de ir a ver la primera de Los juegos del hambre al abasto el día de su estreno, y darme cuenta que el insoportable club de fans también estaba ahí) 
  • Cine estratégicamente ubicado (dependiendo la película, el village de caballito es uno de los lugares que prefiero evitar)
  • Horario conveniente para intentar evitar seres despreciables 
  • Evitar a toda costa películas de niños traducidas (donde pueda haber niños, justamente)
  • En lo posible, elegir asientos que no estén exactamente en el medio de la sala, que es donde la vida me ha enseñado que siempre va a tocarme atrás un hijo de puta que patea
  • No ir a ver películas donde sé que me voy a topar con pelotudos sin remedio (como ser 50 sombras de Grey, película que ni en pedo iría a ver al cine)
Bien, a pesar de estas variables, me suele pasar que la vida misma se caga en mí y termino cruzándome con las excepciones a la regla. Y, a pesar de mi disgusto, a veces TODAS las excepciones juntas. Como me sucedió este pasado sábado, cuando fuimos a ver Caminando entre tumbas, la nueva película de Liam Neeson.

Por así decirlo, "me cagaron como de arriba de un puente". Antes que nada, quiero decirle a los hijos de puta de los Hoyts que esa idea suya de poner, ahora, los nachos directamente en un paquete (como cualquier otra papita) no ayuda a silenciar los snacks en las películas. Creo que cualquiera de los que me esté leyendo en este momento conoce el ruidaje que hace abrir un paquete de papas fritas, ¿no? Bueno, ese ruido en el cine es RE DIVERTIDO. Más si a eso le sumamos dos boludos que no saben comer con la boca cerrada. ¿Ya se van imaginando el ruido de la masticación de los nachos? Excelente. Y no, no es más silencioso que revolver el pochoclo, se los aseguro. 
A eso le sumamos que la mujer de esa siniestra pareja de pelotudos mentales dijo fácil unas tres veces (y bien alto) "no entiendo". ¿Qué es lo que no entendés de esa película nena? No estamos viendo un documental de físicos que están explicando el movimiento del mundo a través de fórmulas. ES UN FUCKING POLICIAL. Y como si fuera poco, en algún punto de la película, al ganso que la acompañaba se le empezaron a caer los mocos y estuvo un rato largo con ese ruido horrendo de las narices cuando no tenemos un pañuelo y nos tragamos lo que quiere salir.
A eso también sumamos una señora que, por si uno no sabe lo que está pasando, te lo cuenta a los gritos: "¡AY NO, LE CORTARON LOS DEDOS!", ¡"UY NO AHORA LE PEGAN UN TIRO A LA PENDEJA!", "NOOOO", y así. GRACIAS SEÑORA.

Me fui a un cine alejado, al que no se llega bien en colectivo, una función de madrugada, una película que ya tenía varias semanas de estrenada... y así y todo, me secaron los ovarios. La gente tiene un don para romper los quinotos.

Yo seré una amarga, pero por lo menos entiendo los policiales, mastico con la boca cerrada y me meto mis opiniones sobre la película bien en el orto hasta que termina. CARAJO.

martes, 18 de noviembre de 2014

Literario

Ahhh pero cómo se está poniendo esta saga, ¡por favor!

Y llegué, por fin, al cuarto de los seis libros que conforman esta historia. Y sí, siguen mejorando a medida que van pasando por mis manos.
Ya poco queda de la historia de jóvenes del primer libro, de la inocencia de Will y su padre cavando túneles y buscando tesoros, de sus vidas sin preocupaciones y sin saber que, en algún lugar de la Tierra, por debajo de donde vivimos nosotros, viven otras personas. Personas que están tramando algo que puede perjudicar a muchos seres.
Más sorpresas para los protagonistas en su paso por el centro de la Tierra, donde van a conocer un poco más acerca de los habitantes del lugar. Más traiciones, más styx y maldades, más de las hermanas malditas que todo lo que tocan lo convierten en un desastre.
Personajes nuevos, personajes que nos abandonan (sí, hay varias muertes en esta historia, en general), personajes que mutan.
Me gustan estos libros que con el correr de los tomos no dejan de atrapar al lector sino que al contrario, nos llevan de la mano, dejándonos en cada final con ganas de más y esperando con ansias el siguiente. En mi caso, por suerte, ya tengo el quinto recién empezado. ¡No hay tiempo que perder!

¡A leer!

lunes, 3 de noviembre de 2014

My doggie shape of a heart

Aun de vez en cuando me ataca una tristeza infinita, recordando el momento en que la vi partir.
Era mi mejor amiga, mi compañera, mi familia. La peludita que estaba siempre a mi lado mientras estudiaba o en reuniones de amigos.
Ya pasaron 3 años de su partida y siento que fue ayer que me dolía incluso irme a cursar temiendo regresar a casa y que ella ya no esté. Que, contra los deseos de mi viejo (porque él es de la vieja escuela, de esa donde el perro "se cría afuera"), mudé su colchoncito al lado de mi cama para tenerla cerca todas las noches y vigilar que no dejara de respirar. Que esa enfermedad espantosa que acecha a tantos seres la haya debilitado de esa manera. Que pude estar presente en el momento en que su cuerpo dijo basta y decidió irse.
3 años y la extraño cada día, y de vez en cuando me asalta una pena que no puedo controlar.
Porque sí, es cierto y doy fe de que el tiempo cura todas las heridas. Pero esta no es una herida cualquiera. No es un mal de amores o una amistad terminada. No, esto es un hueco que me falta. Esto es un pedazo de corazón que jamás va a cerrar.


Te extraño tanto, mi ángel de 4 patas. Que raro se siente todavía todo sin tu presencia.