jueves, 15 de agosto de 2013

Literario

En una de mis idas a la librería, agarré el libro nuevo de Dan Brown que se está promocionando tanto ("Inferno"), y mientras me acercaba a la caja caí en la cuenta de que me había salteado uno. Hace un tiempo había salido "El símbolo perdido" y aun no lo había leído. Así que me di media vuelta, dejé Inferno y busqué el otro. Por suerte tenían un par de esos, así que me traje uno conmigo.

El escritor de bestsellers como "El Código da Vinci" o "Ángeles y demonios", en esta ocasión nos trae nuevamente las aventuras del profesor Robert Langdon, especialista en simbología, quien se verá atrapado en la historia de los masones. Un buen amigo suyo que pertenece a esa orden, Peter Salomon, está en peligro, y en sus manos puede estar la forma de salvarlo y salvar también un secreto que los masones guardan hace miles de años: un secreto que se revelará solamente cuando la humanidad esté preparada para conocerlo.

El libro la verdad que está muy bueno. Dan Brown tiene ese don para escribir novelas atrapantes que te las lees enseguida, muy bien armado, muy buena historia, al menos de los tres libros que ya leí me deja siempre esa sensación. Esta historia empieza con todo, va siempre pum para arriba, y lo único que quizá noté es que al final hay algo raro. Para no quemar nada, hay unos personajes que están por perder la vida pero cuando las cosas se resuelven como que de pronto CHAF, están como nuevos y ya felices como si nada hubiera pasado. Y no es que entre una cosa y la otra pasaron semanas ni nada, es todo como muy seguido, y no me convenció esa parte de la resolución del problema. Fuera de eso, es un muy buen libro, me dejó muy satisfecha y con ganas de leer Inferno en algún momento. Lo que sí, sigo pensando que Tom Hanks no fue una buena elección para encarnar al profesor Langdon. Mientras leía este no sentía una conexión entre el actor y el personaje. Todo bien con Tom, pero la verdad que al menos en este caso no me cierra.

El libro tiene un montón de datitos que interesantes, y uno de los que más me gustaron fue este:
"Langdon se había visto obligado a llevar corbata seis días a la semana cuando estudiaba en la Academia Phillips Exeter, y a pesar de que el romántico director aseguraba que su origen se remontaba a la fascalia de seda que llevaban los oradores romanos para calentar sus cuerdas vocales, Langdon sabía que, etimológicamente, el término corbata en realidad derivaba de una despiadada banda de mercenarios *croatas* que se ponían pañuelos en el cuello antes de la batalla. Hoy en día, este antiguo atuendo de guerra lo seguían llevando los modernos guerreros de las oficinas con la esperanza de intimidar a sus enemigos en las batallas diarias del salón de reuniones".

1 comentario:

Renegado dijo...

Mirá vos. Yo había leído, o me contaron, o vi en algún lado, que la corbata tenía su origen en la horca, y la verdad, trabajando en oficina, para mi tenía todo el sentido del mundo.

Y si voy a intimidar a alguien en un salón de reuniones, en lo personal prefiero llevar un buen garrote. Soy un poco informal.