viernes, 26 de julio de 2013

Animé

Si bien la reseña de este animé en particular la escribí en este otro lado, no puedo dejar de decir algo acá también.

Desde que recuerdo que disfruté series de este estilo, arrancando allá por mis dulces 10 años más o menos cuando miraba los "Caballeros del Zodíaco", y encima los tenía que grabar (¡en VHS!) para que mi hermano los viera al volver de la escuela. Él tenía en ese entonces 16 años, y es a quien le debo haber sido iniciada en el mundo del animé, aunque hoy en día lo supero con creces en cantidad de series vistas. Pero, harina de otro costal, la cuestión es que la culpa es suya. Y mucho le agradezco. Igual es un tarado (?).

Con el paso del tiempo he disfrutado de grandes series, aunque siempre mi amor fue por los Caballeros, algo que no ha cambiado. Es esa cosa del "primer amor", quizá luego vienen otros mejores pero es inevitable tener un cariño especial hacia él. Cuestión que hasta que me topé con esta nueva serie había disfrutado de muchas joyas, pero nunca sentí algo tan especial como con Full Metal Alchemist Brotherhood.

 
Los personajes principales son los hermanos Elric, dos jóvenes y grandes alquimistas, aunque uno de ellos es un alquimista estatal, esto quiere decir que es parte de la milicia. Éste es Edward Elric, conocido también como "el alquimista de acero". Es el mayor de estos dos hermanos que, tras romper con la regla de la alquimia en que se prohíbe la trasmutación humana, pierden partes de sus cuerpos (o el cuerpo completo, en el caso del menor), y están decididos a buscar la forma de recuperarlos. Pero claro que, con el correr de los episodios, más y más situaciones irán apareciendo, hasta que se da a conocer un enemigo en particular (con varios más que lo ayudan) que es, digamos, el GROSO de la serie. Porque antes de éste aparecen otros, pero las cosas irán cambiando. Es complicado resumir una serie que tiene tanto, porque no es solamente el tema de los alquimistas contra estos seres que quieren destruirlo todo. Están las peleas internas de los soldados. Están esos personajes que buscan venganza, que vienen de situaciones anteriores. Están los personajes secundarios, también con sus cosas. Están las historias paralelas. Está el pasado, que se explica en la serie, que involucra una situación un tanto complicada con la milicia. ¡Hay de todo!

 
Van Hohenheim, uno de mis favoritos
 
 
Mi "mala" preferida, Lust.
 

Algo que me llamó la atención en esta serie es que si bien los malos son malos y no hay con qué darle, a algunos les empezás a tomar cariño. Y se siente extraño, porque ¡son malos! ¡Te da culpa quererlos! Están ahí, los ves que matan miles de personas, pero en un cierto punto te encariñás con los guachos y como que hay un leve entendimiento. No es que compartís sus decisiones o los caminos que tomaron, simplemente que cuando empezás a conocer más su historia, o lo que piensan y sienten, como que las cosas toman sentido. No son los malos "que son malos porque sí", que podemos ver en cualquier lado (en la vida misma), creo que ahí está el tema. No es que se les ocurrió salir a matar gente. Todo tiene un motivo, y está todo tan bien explicado, que los querés. A algunos al menos. A otros los querés cagar bien a trompadas, tampoco la pavada.

 
La primer serie, del 2003, me había gustado mucho de por sí. Luego me enteré de la existencia de esta otra, que no es una segunda parte sino una especie de reinicio de la historia, basándose de manera más fiel en el manga de Hiromu Arakawa. Si bien los primeros capítulos los pude ver de corrido, en un punto de la serie se tornó ese "esperar una semana" (a veces más) y era desesperante, porque la mayoría de los episodios te dejan con ganas de más. Estos días mismo, que la volvimos a ver, nos agarraba la desesperación por poner el siguiente y nos hemos quedado despiertos hasta altas horas de la noche sólo por ver uno más. Y eso que ya la habíamos visto.
 


64 capítulos que me hicieron estar al borde del sillón en más de una ocasión, que me hicieron reír, y varios que me hicieron llorar. Sí, lo admito, lloré en varias oportunidades. ¡Que me emociono, carajo! Es tan fuerte la conexión que logré con estos personajes, que ahora que la volví a terminar de ver no sé que voy a hacer. ¿Cómo hice para seguir viendo animé después de la primera vez que la vi? Necesito un tiempo prudente de duelo, para asimilar esta maravilla que la vida me dejó disfrutar.

 
 
Hiromu Arakawa: GRACIAS por esta genialidad de la vida. Si alguna vez te veo por la calle, te juro que te abrazo. Por favor no llames a la policía, no soy una enferma mental, sólo una persona agradecida por haber tenido la oportunidad de disfrutar esta joya. 

2 comentarios:

Renegado dijo...

Yo también miraba fanáticamente "Los Caballeros del Zodíaco" (incluso aún conservo el... ejem... cof cof... album de figuritas... ¿Esto no sale al aire no?).

Creo que junto a "Robotech" han sido mis series preferidas.

Zoqueta dijo...

Jejjjjjeeje....hola sí que tal, yo tengo todavía todos los albumes de figuritas completos.

Mis compañeras de escuela hablaban de amigovios o alguna de esas pedorradas del momento. Yo intercambiaba figuritas con mis compañeros xD