El 2012 me deja con varias cosas en la cabeza. Por un lado, otra carrera (terciaria esta vez) que decido dejar. Y aunque muchos me hayan dicho en su momento "pero te falta una materia anual solamente", la verdad es que desde julio que no volví a ese lugar inmundo que mi mente está mucho más relajada. Me hartó el tema de pagar una cuota mensual para recibir a cambio una educación mediocre que no me iba a llevar a ningún lado. Así que le puse muchas más pilas al trabajo, por suerte tengo más clientes y un sueldo mejor amable (*) a fin de mes, y por lo pronto estoy anotada para pastelería profesional el próximo año. Sí, voy a estudiar algo de cocina. Algo que me gusta mucho y me relaja la mente.
Desde enero tengo en la vida a una perrita nueva. Tras la partida de Atena en septiembre del año pasado que la casa se sentía vacía, así que con novio chusmeamos refugios y nos encontramos a la pequeña Gala, que con esa pinta desastrosa nos conquistó y nos llevó a adoptarla. Toda garrapatienta, llena de pulgas, con sarna, con parásitos, la cola quemada...pero dueña de una dulzura interminable. Actualmente ya tiene 1 año y 1 mes y está más linda que nunca.
Desde agosto que vivo con novio en un departamento a 13 cuadras de la casa de mis padres, donde lamentablemente no pudimos traernos a Gala porque nos enteramos (después de pagar el alquiler y tener toda la mudanza hecha) que no aceptan mascotas. Los primeros días fueron difíciles, me apenaba mucho no estar con ella, pero como puedo trabajar desde una computadora en cualquier lado uso la casa de mis padres a modo de oficina y estoy con ella todo el día. Tenemos nuestros paseos programados de 30/60 minutos donde ella juega con sus amigos perrunos y yo descanso el coco de trabajar. Hay gente que se toma una hora para comer, yo me tomo una hora para hacer plaza. Y el hecho de no vivir más con padres le brindó a mi salud mental y física un +100 de tranquilidad.
Este año me acercó más a ciertos amigos, me alejó de otros, me trajo nuevos.
Leí muchísimos libros y tengo otros tantos para leer. Y empecé a participar en un blog de cine, lo cual me encanta porque adoro mirar películas y el tener que criticarlas hace que no me olvide de lo que vi (y soy malísima con la memoria).
Me hice mi octavo tatuaje.
Volví a hacer pilates y días como hoy siento que no me voy a poder ni sentar en el inodoro del dolor.
Conocí San Juan en enero.
Lloré como una descocida y reí muchísimo.
Me sigo enamorando cada día de este hombre genial con quien nos elegimos para toda la vida.
Seguí siendo una gansa, como todos los años.
Si tengo que sacar conclusiones, diría que fue un muy buen año. Con sus cosas malas, pero en general un año lindo con muchos cambios.
Así que, 2013, te vas tener que esmerar si querés ser un poco mejor que este.
A todos ustedes que me empezaron a leer en este nuevo blog, y a los que me siguen leyendo desde el viejo, les deseo un muy feliz comienzo de año. Que nos agarre con una térmica menor a los 50ºC que tuvimos en navidad (a los que habitamos Buenos Aires al menos). Que nos encuentre con una mesa llena de gente linda con la que se diviertan mucho, con un vaso de fernet bien frío, con mucho hielo. Y algo rico y fresquito para postrear.
Gala, llena de arena luego de uno de sus tantísimos paseos jugando les manda saludos.
(*): "Mejor amable", frase de abuelo materno.