miércoles, 24 de julio de 2013

Invierno

La rutina semanal de la vida de la persona que debe abandonar su hogar para dirigirse a donde le toca trabajar o realizar su actividad habitual, va cambiando con el clima.

Si bien en verano, al menos en Buenos Aires, uno ya sabe que en general tiene que salir lo más en pelotas posible a la calle, el invierno es un maldito engendro de satanás. Por ahí un día te cagaste de frío, y decidiste al otro día salir hasta con guantes y gorro de lana, y te los terminás metiendo en el orto en la mochila o la cartera porque no los podés usar del calor que hace. Pasamos por temperaturas de 20º a 8º, de un día a otro, sin ningún tipo de problema. Sí...el clima de Buenos Aires tiene problemitas. Es un chico especial. Es un rompe pelotas y rompe roperos, porque no te conviene guardar toda la ropa de una estación en particular, NUNCA.

Es engañador en todo sentido. En algunas casas pasa que nomás sacar la cara de abajo de las sábanas a la hora de levantarse, ya más o menos te das una idea de cómo viene la mano. Pero en mi caso, al menos en este último año, me pasa que el departamento donde vivimos no es tan frío y en general cuando nos despertamos no sentimos ese cachetazo invernal que nos advierte que algo está pasando afuera (a menos que sea un día de esos de grados bajo cero, no hay tu tía con esos).


Mi pelo siempre luce hermoso por las mañanas, soy la envidia de los peluqueros -de algún país de gente con problemas mentales-

Por estas razones, al menos en mi caso, a la rutina mañanera de todos los días le agrego un movimiento más que es la clave del éxito en cuanto a vestimenta. ¿Ver el pronóstico para el día? No señor. No es necesario. Mi táctica es abrir la ventana del living, alejándome lo más posible del chiflete, y sacar la mano y parte del brazo. Dependiendo del grado de congelación que mis pobres dedos sufran, mi mente más o menos elabora un plan de vestiduras, que varía de acuerdo a los distintos grados:


Esa sería una cara de "que chiflete, la puta que lo parió"

Grado 1: Está fresco, pero no es grave y hay posibilidades de que levante la temperatura después. Salimos con camperita y bufanda, y después algo abrigado pero no tan asesino como para safar mientras no baje el sol.
Grado 2: Hace frío, agregar algún abrigo más a lo anterior, con posibilidad de guantes para que los dedos no se nos caigan luego de congelarse. Meditar sobre la posibilidad de llevar un par de medias extra si laburan, como yo, en una casa que parece un iglú. 
Grado 3: Hace un frío de la re concha de la lora. Mínimo dos poleras, gorro de lana, medias mega power, guantes, y lo que te encuentres que sirva y que te entre abajo de la campera. También conocido como grado ROBOCOP.


El grado ROBOCOP es ese que te hace un poco difícil andar por la calle sin parecer un robot enorme, pero la satisfacción de no sentir el frío no te la saca nadie (de ahí la cara de alegría) (sí, tengo un gorro de perro con orejas). 

Posiblemente no sea lo más cómodo del mundo, y algunas personas se quejarán porque la ropa "los agranda", pero yo prefiero parecer una heladera con patas y no cagarme de frío en el intento. Eso sí, siempre buscando de antemano la forma de sentir la temperatura, porque te quiero ver metiendo todos esos bártulos en el bolsito después cuando se pase la fresca.

4 comentarios:

Baran dijo...

Aqui en México ahorita es verano, en mi ciudad la temperatura sube hasta los 48°C (Un verdadero infierno) y en invierno (Diciembre) aveces estamos a 18°C y de pronto baja a los 03°C.

http://elrincondelaperrier.blogspot.mx

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Akira-san dijo...

La verdad que Buenos Aires creo que cada año se pone peor, es totalmente imprevisible por semanas, que se rigen por una absoluta aleatoriedad cósmica jajajaja y la verdad que prestar atención al pronóstico del tiempo es totalmente al cuete. Hay que hacer así, ingeniárselas para descubrir un método casero de pronóstico diario del clima, es la única manera.

Zoqueta dijo...

Es tal cual, aleatoriedad cósmica, no se puede creer. Esa semana que tuvimos hace poco, de humedad terrible, que se te pegaba el "día" a la cara fue un espanto, jeje. Estúpido clima, cambia como se le cantan las polainas.