jueves, 2 de mayo de 2013

Iracunda

La vida no me iluminó con cantidades ilimitadas de paciencia, más bien podría decirse todo lo contrario: con cada año que pasa menos paciencia tengo. Hay varias situaciones que me sacan de quicio, entre las que podría nombrar escuchar a un nene llorar por un largo tiempo (más allá de que en general los nenes me ponen loca), estar jugando un juego y morir seis o siete veces y que me empiece a entrar esa desesperación que antecede a las ganas de revolear al joystick a la mierda, querer mirar el álbum de fotos de alguien que volvió de sus vacaciones pero las publica con tanta paja que ni es capaz de dar vuelta las que sacó con la cámara inclinada, las páginas web que están diseñadas (mal) en flash y tardan mil años en arrancar, y ni hablar de las clases de gimnasio donde me hacían escuchar 45 minutos de cumbia villera o reggaeton (menos mal que ya no voy a ese inmundo lugar).

Pero si hay algo que me violenta como ninguna otra cosa es prender el horno, de esos que hay que tener la perillita apretada por tiempo indeterminado hasta que queda prendido. ¿Quién fue el hijo de puta que inventó este artilugio? ¿No podía ser algo con chispero eléctrico, mucho más amigable con el usuario? No. Uno quiere cocinar algo al horno y tiene que tener en cuenta entre todas las variables el tiempo perdido en estar como un zoquete apretando la perilla. A veces me he puesto a contar y pasados los cinco minutos, soltarla, y que el forro de mierda se apague. Y me genera tal odio, tal ganas de arremeter contra el puto horno, arrancarlo de donde está instalado y cagarlo bien a patadas en la cabeza (?) que ni el contar hasta diez me apacigua.

A vos, que inventaste esta forma de prender hornos: andate bien a la mierda, ¡forro!



6 comentarios:

Ana O dijo...

Por lo general, cuando estoy esperando que el horno se decida a encenderse, me imagino que explota antes. Me dan "cosa" esos hornos de merda.

Anónimo dijo...

jajaja si me ha pasado, que piensas que ya prendió, lo sueltas y se apaga ¬¬

estoy completamente de acuerdo contigo en este post :D

Adriana Martin dijo...

Es un mecanismo de seguridad, mantener la perilla presionada hasta que la chapita que regula nosé que cosa se caliente y se expanda para abrir no sé que conducto y mantener el flujo de gas. Cuestión que esa chapita previene la salida de gas si se apaga la llama, ya que al cesar el calor de la llama, la piecita de contrae y cierra el paso.

O algo así.

Zoqueta dijo...

Ah seh...sabía que era por seguridad, pero es una paja tremenda prenderlo, jajajaja.

Mat0 dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mat0 dijo...

Está re roto tu horno si después de 5 min no queda prendido, jaja. La termocupla o si no puede ser la unidad magnetica. Cambiaselas. Como mucho son 15 segundos que tenes que estar. Fuera de joda!
Yo tengo un horno que no tiene seguridad. Prende al toque, jaja, pero vivo solo así que no hay mucho peligro (soy re enfermito en cuidadoso con el gas y esas cosas), pero calculo que si vivis con más gentes es mejor.
Besines!