viernes, 27 de mayo de 2016

Deuda

Creo que en otras ocasiones he escrito acá sobre mi constante pelea contra el sobrepeso. Un atributo que llevo conmigo desde mi más tierna infancia.

Cuando iba a la escuela secundaria, en la clase de gimnasia para aprobar el cuatrimestre tenías que cumplir dos cosas: una, era hacer 100 abdominales por lo menos (eso sería el 10, pero mínimo 60 abdominales para aprobar). Otra, era correr unas 4 vueltas a la cancha de la escuela.
De más está decir que yo no podía hacer ninguna de las dos cosas. A la hora de loas abdominales, alguna compañera me "hacía la gamba" y mentía conmigo que hacía 60 abdominales. Jamás llegué a hacerlas. A la hora de correr alrededor de la cancha, cada vez que la profesora miraba para otro lado, yo aprovechaba para caminar y descansar. No me daban los pulmones ni las piernas para hacer esas vueltas.
Nunca me voy a olvidar de eso.
Además, le sumamos el hecho de que a los 14 años empecé a fumar. Llené mis pulmones de químicos pestilentes por más de 10 años.

Entonces: persona muy mal alimentada, con obesidad tipo 1 (al momento de cambiar su vida para siempre), con un nivel de sedentarismo peligroso (me dolían las piernas) y que encima fuma. Esta persona, en el año 2008 decide hacer un cambio en su vida: cambiar la dieta y empezar a hacer ejercicio.

No fue sencillo. Me costó muchísimo. Y si bien hoy todavía tengo un poco de sobrepeso, la energía y la resistencia no me la quita nadie. Me llena de orgullo.

Entonces ahora, comparto esta foto:


Una de las corridas de esta semana en el gimnasio. 3,5 km sin pestañar ni parar una sola vez.

Para algunos tal vez sea poco, o algo normal. Pero para mí es mucho. Para mí, la que no podía completar ni dos vueltas de la cancha a los 16 años, la que no podía correr el colectivo, la que la primera vez que quiso subir el Cerro Otto (Bariloche) allá por el 2003 tuvo que terminar haciendo dedo a los 10 minutos porque se desmayaba, la que no podía correr cuando empezó a ejercitarse porque el hipotiroidismo le daba taquicardia, a la que le dolían las piernas por estar horas sentada en la pc haciendo nada más que jugar online. Se lo debo a ESA nena, adolescente y casi mujer. Y de verdad, siento un orgullo enorme.

Voy a seguir entrenando para llegar cada vez más lejos.

1 comentario:

Zoqueta dijo...

Gracias, corazona :)

TKM KPA