sábado, 9 de enero de 2016

La vida del veg

La idea del veganismo es algo que ronda mi cabeza hace mucho tiempo. Por el momento sigo siendo vegetariana (desde el 2012), llevando muy bien la nueva alimentación. Nunca más tuve anemia, algo que era muy recurrente para mí. Tengo el calcio perfecto a pesar de no consumir ningún lácteo más que quesos (leche no tomo, sólo uso para cocinar de vez en cuando). Mis triglicéridos y colesterol están normales, igual que todo lo demás. Físicamente noté un cambio tremendo en mi piel y pelo, antes se me engrasaba mucho, haciendo por ej. casi imposible el uso de un flequillo que luciera normal todo el día. Hoy por hoy, siendo incluso verano, puedo andar con mi fleco como una campeona. Me cago de calor, eso sí, pero la culpa la tiene el sol.

Cuestión que siempre me pica el bicho del "sigo consumiendo animalitos" por no sacar del todo los productos animales de mi dieta, pero entre otras cosas, acá en Buenos Aires no resulta tan sencillo. Acceso cotidiano a productos veganos en supermercados no hay, salvo muy pocas cosas. Alguna que otra milanesa de soja, y muchas "porquerías" (papitas, galletitas, etc.). Emprendimientos veganos hay muchísimos, algunos muy buenos, pero claro: implican un gasto mayor de dinero que el que usualmente se gasta en comida. Ser vegano, acá, ES CARO. Si tenés tiempo para cocinarte y te das maña en la cocina, cosa que no todos lo hacen, podés zafar por menos plata. Pero necesitás tener tiempo. Si dependes de llenar el freezer y demás, sabelo: te va a costar.

Vengo de un viaje por tierras donde ser vegano es lo más fácil del universo, y claro que no puedo evitar sentir un poco de pena por tenerlo tan complicado acá. Allá (en Irlanda, Escocia, Gales y Londres) no es tan difícil. No tenés que ir a un lugar especial a comprar o recurrir al emprendedor. En el supermercado encontrás todo. ¿Y el precio? Lo mismo que las cosas derivadas. La leche de almendras/soja cuesta lo mismo que la leche de vaca. Acá hay una diferencia de 35 pesos entre ambas. Los quesos valen lo mismo. La comida congelada vegana vale lo mismo que la no vegana.


Alpro tiene leche de almendras dulce, sin azúcar agregada, leche de soja, chocolatadas, etc. Yo probé la de almendras, fue mi desayuno de todos los días con una granola que encontré en el supermercado sin azúcar agregada (otra cosa que acá no encontrás ni en pedo en el super). 



Quorn "inventó" una proteína vegetal que sabe muy parecida a la carne y tiene hamburguesas, pollitos, y cosas así. De hecho, tenían unas tipo milanesitas de pollo que probé y no me gustaron justamente porque tenían un sabor a pollo tremendo. El sabor de la carne a mí al menos no me gusta, PERO alguien que quiere dejar la carne pero sí le gusta (como mi marido por ejemplo) estaría feliz con los productos de esta empresa.


Me saco el sombrero ante el que inventó esta puta delicia. Es riquísima, muy sabrosa, y fue mi compañera de ensaladas muchas noches. 


Y otra de las cosas que más me gustaron: este quesito de máquina. Una delicia. Un sabor suave pero muy rico, parece queso posta, increíble.

Por lo pronto estoy chusmeando recetas rápidas para reemplazos, como el queso de papa para las pizzas, o cómo sustituir el huevo en las preparaciones de todos los días. La realidad es que yo ya no consumo muchas de esas cosas, el problema mayor es el queso. Pero, insisto, si tuviera a mano todas estas cosas como las tuve durante el viaje, no me costaría absolutamente nada. Cómo los extraño a esos hermosos supermercados, snif.

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