martes, 8 de septiembre de 2015

Wake me up...

Hasta que llegó septiembre.

Los exámenes finales pasaron con buenas notas en ambos dos, acercándome un poquito más a ese hermoso título. Fueron unas semanas muy agotadoras y, debo decir, no sé qué tan buena idea fue rendir las dos materias más jodidas del año el mismo día. Me dejaron, literalmente, arruinada del cerebro. Pero bueno, todo salió bien al final, ¿no?

La mudanza también llegó a fin de mes, otra locura más. Cajas, cajas, cajas y más cajas. Al día de hoy ya puedo decir que está *casi* todo en orden (falta el detalle de que la compañía de internet no me da bola al horario que le quiero imponer, que no es capricho, sino que el vecino que tiene acceso a la terraza no está en casi todo el día), hasta Gala ya se siente como en su casa. La nueva casa es un poco más chica en algunas cosas pero mucho más linda, tengo más mesada que me pide a gritos una pizza casera, el patio tiene luz (y ya se está llenando de plantas) y, al estar más lejos de la calle por ser interno, estando acá todo el día escucho más que nada ruido de pajaritos. For real. Y el baño es tan lindo que lloraría. LLORARÍA, TE DIGO.

Agosto fue un mes muy explotado, me agoté demasiado. Arranqué septiembre llena de trabajo (atrasado más que nada, en parte por la mudanza y en parte por la falta de internet), pero relajada en el aspecto hogareño y estudiantil. Esta casa me gusta. Espero que nos quedemos acá por un buen tiempo.

Pros:
  • No se llueve nada adentro de la casa cuando está lloviendo (corroborado ayer, de hecho jamás nos enteramos que llovía).
  • El baño tiene bañera y no un engendro de satanás mezcla de ducha con azulejo (un horror el anterior).
  • La mesa ahora tiene su lugar como mesa, y la usamos todos los días. COMO MESA. Ya no es el porta chirimbolos y ropa cuando entramos, encontró su lugar en el mundo.
  • La ubicación de ciertos negocios esenciales (un chino que vende comida al peso a una cuadra de distancia, el supermercado gigante en el mismo lugar, una carnicería/granja a la vuelta (para los carnívoros de la casa).
  • Entra una luz increíble todo el santo día.
  • Los colores: un par de paredes están pintadas de rojo, la mesada de la cocina es negra (NEGRA, me encanta).
  • La existencia de un placard extra entre la habitación y el baño, el cual solucionó mi vida para siempre. Tengo ahí desde el horno eléctrico a la bolsa de comida de Gala, las cosas de limpieza, las carteras colgadas en un barral. Es lo mejor de lo mejor, ya no tengo nada tirado a la vista, y pude aprovechar el pequeño placard de la pieza (es chico en serio el jueputa) para la ropa nada más.
  • Mi vecina tiene un jazmín chino en el balcón que tira sus flores a mi patio, y me llena de olor cada vez que entro o salgo. Va ser una linda forma de avisar que llega la primavera cada año.
  • Tengo la excusa perfecta para tener muchas plantas, en el patio del depto anterior no había luz nunca y se me morían todas. Ahora ya tengo un macetero largo con alegrías del hogar, y se vienen más. ¡Y se viene la mesita con sillas para almuerzos de verano!
Contras:
  • No tengo internet todavía.
Pondría como contra "hay muchos niños en el edificio" pero la realidad es que son unos santos. Apenas los escucho, y en cuanto se apaga el sol y llega la noche parecería que todos se duermen. Es mágico, el reloj marca las 9 de la noche y ya no escucho a ninguno. Y hay muchos DE VERDAD.

All in all, debo decir que estoy muy contenta con el cambio. Vino bien el cambio de aire. Lo estábamos necesitando.

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