sábado, 31 de enero de 2015

Apestada

Arranqué el año engripándome muy mal en el viaje. Hacía frío allá, pero en París te calaba hasta los huesos, porque llovía todo el santo día. Ni toda la vitamina C que tomé durante el año fue suficiente.
Acto seguido, tras años sin aparecer, me sale el herpes en la boca. Una herida muy molesta en los labios que es difícil de curar, porque no se termina de secar. Encima estaba todavía allá y no tenía mi super láser anti herpes labial (un cañito, lo compré hace unos años en farmacity).
Tras el herpes, llegó la cistitis. Las defensas muy bajas me cacharon desprevenida, y volvió otra infección que hace años no tenía.

ME IMAGINO que lo que queda del año va a ser tranquilo, en materia de salud, ¿no? Porque todo esto en un mes, me hace pensar que si no fue suficiente, me tengo que preparar mentalmente para lo que sigue. Dale Odín, copate, ya bastante sufrí en pocas semanas.

Sí, vengo mal de fábrica. MUY mal.
Lo sé bien.


Muy nuevo el año para estar tan podrida, che. Jatejoder.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como el día que me atacó la varicela, supongo que hay veces en que nos tenemos que enfermar y después todo es salud y felicidad (las gripitas menores no cuentan obviamente)