lunes, 10 de abril de 2017

Literario

Qué floja que vengo con la lectura. Tenía tres libros empezados cuando finalmente terminé este. Sufrí una mezcla de exceso de exámenes finales + exceso de trabajo, y no tenía tiempo de sentarme tranquila a leer nada. Por suerte todo se calmó un poco, y estoy retomando esta actividad que tanto disfruto.


El cáncer es una enfermedad que, al menos en el caso de mi familia, es moneda corriente. Siempre me pregunté si se debía a que nuestras vidas son cada vez más estresantes o que vivimos en ciudades constantemente golpeadas por contaminantes que podrían incrementar las posibilidades de «contraerlo», pero nunca me había decidido a leer nada al respecto. Me quedé con el mensaje que te dejan los medios o distintas páginas de internet: que cada vez somos más propensos, que antes esto no pasaba, que una dieta sana y ejercicio pueden prevenirlo, que fumar es malo, etc. Y siempre pensé que era cierto eso que leí por ahí alguna vez, que todos somos propensos a tener cáncer alguna vez porque «lo tenemos dormido en el cuerpo».

George Johnson es un periodista norteamericano y escritor de libros de ciencia. A pesar de la vida «sana» que siempre compartió junto a su esposa Nancy, ésta última se enfermó de cáncer de útero en el año 2003. Y ahí empezó su investigación y su búsqueda por comprender de dónde viene esta enfermedad.

El libro tiene dos voces. Una, la del periodista que investiga, viaja, habla con especialistas, lee artículos hasta el cansancio. El que busca y rebusca de dónde viene todo, desde cuándo data (me sorprendió mucho este dato, yo pensaba que era más bien tirando a reciente), si hay algo que nosotros hacemos mal que puede hacernos más débiles para que el cáncer aparezca. Y por el otro, un esposo preocupado, compartiendo día a día la lucha de su esposa, que luego también tiene que pelearle a la metástasis.

Es un muy buen libro, fascinante por donde se lo mire, que nos abre la cabeza en lo que se refiere a esta enfermedad. En mi caso, como les dije antes, siempre me hice muchas preguntas al respecto porque es algo normal entre los miembros de mi familia. Siempre estuve segura que se debía a una mala vida, o al cigarrillo (aunque algunos de los que tuvieron el encuentro cercano ni fumaban), o a la vida en la ciudad. En definitiva, lo que saco en limpio es que todos podemos tenerlo. Pero no porque lo tengamos dormido en alguna célula de nuestro cuerpo, sino porque el cáncer es meramente un «error de sistema». Un día una célula se replica mal, su código se «trula» y así se empiezan a replicar células tumorales, que tienen otro mensaje muy distinto al que deberían transmitir. Entonces, si bien uno puede llevar una vida sana (lo peor de todo es fumar), no significa que le va a escapar al cáncer. Sí, hay causas ambientales que por ahí aumentan las probabilidades, pero es más bien una cosa de nuestras células. Nadie te puede asegurar jamás que por vivir con una dieta alta en frutas y verduras jamás te vayas a enfermar. Y nadie debería ir por la vida asegurando eso, porque es dar falsas esperanzas en un mundo constantemente atacado por el cáncer.

Gran lectura, recomendable para aquellos curiosos que quieran saber más sobre este tema. Tiene bastante de términos médicos, pero nada que no se pueda buscar en internet si no se entiende. No es muy complicado, y tiene un mensaje que hay que leer.

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