sábado, 30 de enero de 2016

Literario

Hay algo de las novelas que se ambientan en la época de las guerras mundiales que me atrae mucho. Fueron dos de los momentos de la historia de la humanidad más jodidos, parece ficticio, de esas cosas que sólo vemos en la tele. Pero no, existió, fue real. Fue horrible. No puedo ni empezar a entender lo que una persona ajena a todo eso debe haber sentido mientras sucedía. Bueno, tampoco alguien involucrado. Para todos.
La novela que terminé de leer hace unos días está ambientada en la segunda guerra mundial. Unos años antes, durante la misma, y unos años después.

Anthony Doerr nos sitúa en dos lugares. Por un lado en Alemania, en la ciudad de Zollverein, donde uno de los protagonistas, Werner Pfennig, vive con su hermana Jutta en un orfanato. Ambos hermanos están al ciudado Frau Elena, una dulce mujer que los cuida a ellos y a otros tantos que quedaron ahí, sin familia. El destino del pequeño Werner ya está relativamente marcado, será el de trabajar en las minas de la ciudad como todos los demás. Pero el chico tiene un don con las radios. Le encantan, las sabe arreglar, armar y desarmar. Esa cualidad suya será la que le abrirá las puertas para terminar en una escuela de entrenamiento militar nazi.
Por otro lado, en la ciudad de París, tenemos a nuestra otra protagonista: Marie-Laure LeBlanc. Vive con su padre, quien trabaja en el museo de historia natural. Marie-Laure es ciega desde los seis años, y su padre (además de criarla y darle todo lo que necesita) le regala libros en braille para que ella aprenda a leer y le hace un modelo a escala muy pequeño de la ciudad, para que aprenda a manejarse sola. Con el tiempo y cuando empiezan las invasiones terminan dejando París para ir a la ciudad de Saint-Malo, donde van a vivir con el tío de ella, Etienne.
Los caminos de nuestros dos protagonistas los irán acercando poco a poco. Durante el correr de las páginas el escritor nos sitúa en la vida de cada uno de ellos y la gente que los rodea, redactado hermosamente, casi como si el escritor mismo fuera una niña ciega o un pequeño estudiante alemán. Es tan fuerte la escritura que uno de verdad se siente parte de todo eso, siente en carne propia el momento en que Marie-Laure deja de ver, el momento en que Werner se empieza a dar cuenta que no está tan bueno el colegio militar, el dolor por sus amigos y por lo que lo rodea, la pena de Marie-Laure cuando le pasan ciertas cosas que la llevan a quedar casi sola en un momento. La desesperación, el miedo, la tristeza. Todo se siente en carne propia. Y el maravilloso momento en que estas dos personas se encuentran.
Algo que también me gustó mucho es que nos enteramos qué les pasó a los protagonistas 30 años después de la guerra, y también en el presente (cuando salió el libro, en el 2014). Y todo cierra. Y es hermoso.
Este libro pasa sin dudas a formar parte de los libros más maravillosos que leí en la vida.

Dejo una de las partecitas que más me gustaron:
"We all come into existence as a single cell, smaller than a speck of dust. Much smaller. Divide. Multiply. Add and subtract. Matter changes hands, atoms flow in and out, molecules pivot, proteins stitch together, mitochondria send out their oxidative dictates; we begin as a microscopic electrical swarm. The lungs the brian the heart. Forty weeks later, six trillion cells get crushed in the vise of our mother's birth canal and we howl. Then the world starts in on us."

Total y absolutamente recomendable.

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