martes, 29 de diciembre de 2015

Reino Unido + Éire ~ noviembre/diciembre 2015


¡Hola a todos! Hemos vuelto tras un maravilloso mes recorriendo estas islas, tan llenas de misterios, de historia, de cultura. No me puedo olvidar del morfi, obvio, qué ricas comidas tuve el placer de degustar. Esta vez me la jugué y probé varias cosas de las que comía la Zoqueta, debo decir que ser vegetariano en estas islas es más fácil de lo que es acá en Buenos Aires. ¡Pero ya les contará ella después sobre eso!


Acá en el avión de Ryanair, camino a Irlanda. Quiero que sepan que hubo una turbulencia de puta madre, y tal vez me cagué un poquito encima. Sólo un poco.

La primer para oficial de este viaje (porque en realidad hicimos un día en Madrid, pero estábamos los tres re dormidos y fue sólo para pasar la noche) fue Irlanda del sur, específicamente Dublin. ¡Qué lugar! ¡Qué verdes hermosos! Todo lleno de cultura celta por todos lados. ¿Se dan una idea lo que fue para la Zoqueta todo eso? ¡Se la pasó lagrimeando la boluda! Con esos campos verdes, esa música que se escuchaba en todas partes, esa mística. Lo que sí, me cagué de frío. Miren que yo soy oriundo de la Patagonia y tengo una resistencia natural a las temperaturas bajas, pero Irlanda se va al carajo. Menos mal que a estos les sobraba una bufandita, porque se me congelaba todo, incluyendo mi pitito.


Acá estábamos en las Cliffs of Moher, un lugar zarpado. Zarpado en viento.

Lo que uno se imagina de Irlanda, es lo que es. Campo. Cervezas zarpadas. Pubs con música en vivo. Duendes. Tréboles. Celtas. Todo eso y más, es lo que hay en ese lugar. Hasta yo volví medio turulo por lo celta, debo confesar. 


Este era un parque que estaba cerca del departamento, se llama Phoenix Park. Un lugar gigante e increíble, lleno de deliciosos lindos animalitos, como estos patos, a los que quería morfarme darles un besito.


Bueno, me conformaré con esta palomita.

Tras Irlanda llegó Escocia, donde paramos en la increíble ciudad de Edimburgo. ¡Qué locura! Encima el departamento que encontró la Zoqueta tenía, desde el patio, vista al castillo. Una cosa de locos. La gente muy copada, la ciudad espectacular (llena de muros y pasillitos locos medievales). Y la cerveza, que seguíamos catando, excelente. De hecho en un bar le sirvieron a la Zoque una que era larga como su brazo. Menos mal que estaba yo para acompañarla al departamento, porque entre esta y el Oso tenían un pedo para cuarenta. ¡Si no fuera por mí! ¡Soy un capo!


Acá en la entrada del castillo de Edimbrugo. ¿Qué? ¿No se dice así?

Acá aprovechamos y tomamos tren varias veces para ir a conocer distintas ciudades, como Glasgow (aburrida), Stirling y Leuchars. Ahí cerca de Leuchars hay un lugar que se llama St. Andrews que tiene unas ruinas a orillas del agua que se van al joraca.


Acá está Blackness Castle. Imagino que por dentro debe estar buenísimo, pero la gansa de Zoqueta se olvidó de leer la parte del folleto donde decía "jueves y viernes cerrado". Era jueves.

Lo mejor de todo era que en muchos de los castillos, como hacía tanto frío, no había nadie. Así que prácticamente los alquilamos para nosotros, sacamos muchas fotos boludas y jugamos como nenes. Bueno, yo soy un nene, soy joven. Tengo casi 8 añitos nada más. Los otros dos, dos boludos grandes. Una vergüenza.

Tras dejar atrás la bella Escocia llegó Gales, donde conocimos a las dos personas más buenas del universo: los dueños del departamento que alquilamos. Nos recibieron con tortitas y hasta con el arbolito armado. Lo único malo de Gales fue que no paró de llover un sólo día, el clima se portó medio mal. Pero se compensaba con la bondad de estas dos personas y con el hecho de que vimos unos castillos alucinantes. Y las tortitas galesas. ¡Qué ricas! Nada que ver a la torta galesa que venden acá, que de hecho allá no se llama así (ni tiene nada que ver).


Acá en el castillo de Cardiff, la capital de Gales.


Acá en el mejor castillo de todos, Caerphilly.


¡Mirá mamá, una máquina de matar boludos!

Y finalmente, llegó Londres, donde pasamos los últimos 10 días del viaje, y donde festejamos navidad. La navidad nunca tuvo tanto sentido como en estas tierras frías. Acá en Buenos Aires siguen insistiendo con las comidas calientes y los turrones con chocolate, pero son fiestas de 35°C. Allá sí tiene sentido clavarse un plato de ravioles señora.

De Londres visitamos varios lugares, un poco lleno de gente para mí gusto. Yo soy un bicho  medio antisocial que disfruto la soledad, y chocarme con tanta gente después de tantos días de paz fue extraño. Pero es una ciudad muy copada. También conocimos Salisbury (desde donde fuimos a Stonehenge) y York. York es, sin dudas, la ciudad más linda que vimos en todo el viaje.


Acá en Stonehenge. A juzgar por el viento que había, me parece que los druidas no tenían ganas de muchas visitas ese día. Casi me vuelo a la mierda.


Acá en la catedral de York. Era tan linda que hasta ganas de rezar me entraron. Bueno, no, tanto no.

Fue un mes espectacular conociendo lugares de película. Menos mal que compramos unas valijitas de mano porque nos trajimos de todo, era inevitable. Los locales de chucherías estaban a la orden del día, y con la Zoqueta somos fanas de comprarnos pavadas. De hecho adoptamos dos amigos nuevos, Cai el dragón galés y Joseph el cuervo british de Stonehenge. Pero ya los presentaré en otra ocasión, ahora están tratando de adaptarse al calor porteño y pobrecitos les está costando mucho. ¡Ojalá podamos volver pronto a conocer más rincones de las islas!

¡Saludos y hasta la próxima vacación-aventura!

1 comentario:

Zoqueta dijo...

Vendetta dice que muchas gracias y que sí, es un perro suertudo. Además de re copado.