jueves, 30 de julio de 2015

Literario

Un día, revisando entre libros viejos en una de esas librerías de la calle Corrientes, me encontré esta joyita. La película, que contaba entre otros con la fabulosa actuación de Anthony Hopkins, siempre me pareció un policial buenísimo. Había que darle la chance al libro.

Este libro forma parte de una saga de 4 y, de hecho, es el segundo de la misma. El primero es Dragón rojo, pero bueno, yo conseguí este así que arranqué por acá. En este ya está presentado (y encarcelado) el doctor Hannibal Lecter, un psiquiatra acusado de canibalismo, que a pesar de que en la saga tiene una importancia central, en este libro actúa más bien un consejero. Claramente no deja de ser un personaje de peso, con más de una situación interesante en la historia. El criminal central de esta ocasión es un hombre conocido como Buffalo Bill, que además de matar mujeres les saca la piel. ¿Para qué? Ah, de eso nos vamos a enterar con el correr de las páginas.
Para encontrar a este hombre del que nada conocen, el FBI va a utilizar la ayuda de una estudiante, Clarice Starling, quien ya dentro de la academia es conocida por sus buenas habilidades.
Tras unos encuentros con Hannibal donde Clarice intentará obtener algunas pistas para atrapar al asesino, de a poco se le irá abriendo el panorama, sintiendo la presión de la nueva victima secuestrada (la hija de una importante senadora). Saben que les queda poco tiempo. Hannibal no será una persona fácil con la que tratar, reacio a cooperar sin pedir nada a cambio, ya que para responder preguntas comienza a indagar en la vida privada de Clarice, quien le terminará contando varias cosas que le sucedieron cuando era joven.
Al mismo tiempo, en el libro iremos viendo un poco la vida de este asesino, de Buffalo Bill, dónde vive, qué hace con sus víctimas, sus retorcidos movimientos. El asesino no es desconocido hasta el final del libro como pasa a veces en este género sino que lo interesante en este caso es como la policía llega hasta él, pero nosotros, espectadores, ya conocemos todo desde el vamos.

El libro me pareció genial. Y la película es una buena adaptación, de hecho, Hopkins encarnando a Lecter es simplemente maravilloso. Mientras lo iba leyendo era inevitable recordar esa cara de loco y la perfección de su actuación. Un genio.

Ahora me queda leer el resto de la saga, para seguir internándome en la mente de este retorcido asesino, que disfruta comer partes humanas.

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