lunes, 26 de enero de 2015

Literario

Durante las vacaciones aproveché para leer un poco (no mucho, donde encontré ocasión, como en las largas horas de avión) y le di sin parar al segundo de los libros de Michael Scott. Obvio: ya estoy con el tercero empezado.

Sophie y Josh, los hermanos mellizos de los que habla el Códex, tienen dos de las auras más poderosas que existen en el universo. Sus poderes deben ser despertados, pero en la leyenda se aclara bien clarito: pueden ser salvadores, o destructores. En ellos quedará el camino que elijan. Y de ellos dependerá el destino de la humanidad.
Ya es un hecho que los mellizos tienen un papel importante en la historia y en este irán a la búsqueda de aquellos que despierten sus poderes. Poderes que pueden ser muy, muy increíbles.
Nicolas Flamel y su esposa siguen siendo dos personas más que importantes en toda esta trama, pero ya no todo será fácil: el doctor John Dee está más que decidido a acabar con sus vidas y arrebatarles el destino de los mellizos.
Peleas, magia, muertes, criaturas míticas, extraños bichos y momentos oscuros. Todo está en este libro.
Algo que me gusta mucho es como mechan con personajes de mitología todo el tiempo, personajes que nosotros conocemos bien por leyendas o historias. Acá están, van a aparecer, y estoy segura que va a haber muchos más.
La historia sigue firme allá arriba, no pierde su fuerza, me sigue atrapando y me pide por favor que no deje de leer. No pensaba que iba a estar tan buena, le tenía fe, pero no creí que fuera a atraparme tanto.
Es más, les escribo esto y de reojo miro el tercero que me está esperando.
¡Una historia maravillosa!

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