miércoles, 3 de septiembre de 2014

Bloqueos musicales

Música en mis oídos, Arraigo bien fuerte (una banda de metal con tintes de música bien argentina, como folklore, tango..), y salí a pelearle a la fiaca de tener que ir a hacer las compras. Pero en esta casa ya ni capuccino quedaba.

Descubrí que ir encerrada en mi mundo de música me ayudó a superar la embolante tarea de enfrentarme a esa parva de seres que pululan el supermercado. Y hoy, particularmente, estaban casi todos los personajes nefastos capaces de arruinarte el rato: el que deja el chango tirado (lleno) en el medio del pasillo y no podés pasar, la vieja que se pone a mirar las cosas bloqueando el camino, el que se compró medio supermercado y está antes que vos en la caja y ENCIMA acomoda las cosas rigurosamente en la cinta. TODOS.




Pero sonaban ellos y todo el mundo se puso invisible. Sólo estábamos la música, la listita de todas las cosas que tenía que comprar, y yo.

Me pasa que a veces veo a la gente con auriculares haciendo cosas cotidianas (como cuando salen a pasear al perro) y siento un poco de lástima. En general me encantan los sonidos de la vida... este es un barrio tranquilo, acá salís a caminar a media mañana y seguro te encontrás con poco ruido de autos y mucho de pájaros, por ejemplo. Pero últimamente se está perdiendo eso y cada vez se escucha más el ruido de los demás. Ya ni las noches son 100% tranquilas. Así que hoy decidí probarlo, ver qué era eso de bloquear el universo y hacer las cosas disfrutando sonidos que uno elija. Y la pucha, qué bueno que estuvo.

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