domingo, 27 de enero de 2013

Recuerdos

Estos días me venía acordando mucho de Atena, mi perra que me tocó despedir en septiembre del 2011. Fue sin dudas uno de los momentos más tristes que me tocó vivir, ya que gracias a ella aprendí tantas cosas y recibí tanto amor que verla partir así de repente (a pesar de que sabíamos que estaba enferma en aquel entonces) fue algo para lo que de ninguna manera estaba preparada.

Más allá de que tengo días en que la extraño como si todo hubiera pasado ayer, lo que estuve recordando fue una anécdota en particular que me tocó vivir con ella en uno de nuestros tantos paseos.

Recuerdo que estábamos con mi novio yendo a comprar algo a un pet-shop que quedaba a unas 10 cuadras de la casa de mis viejos con ella, y cuando estábamos volviendo veo que por la esquina venía cruzando justo frente a nosotros un hombre grande, cabizbajo, de esos que se les nota en la cara que algo les pasa y que una profunda tristeza los está inundando. Atena no era de acercarse a la gente así porque sí, se podría decir que no era ni muy curiosa ni muy sociable (a menos que entraras a mi casa, ahí te recibía con bombos y platillos), y mientras nosotros doblábamos hacia la derecha saliendo de la calle por la que transitaba este buen hombre, siento que me tironea la correa y se le acerca. De pronto veo como le hunde el hocico en una de las manos que él tenía colgando a sus costados, y pude notar el brillo en la mirada del hombre cuando levantó la vista y salió de sus -vaya uno a saber qué- tristes pensamientos para mirar la mano donde ella acababa de apoyarle la nariz. El tipo sonreía. Atena había logrado eso con un sólo acto y unos pocos segundos de amor. Y yo me sentí increíblemente afortunada por haber podido presenciar ese instante.

Los bichos son increíbles. Nunca me voy a cansar de decirlo.

Justamente acabo de terminar de ver una película que trata de un perro muy especial, al cual le dedicaron una estatua en Australia. Se llama "Red Dog", y ya que estamos dejo un chivo del blog de cine donde participo junto a otros tres geniales cinéfilos por si quieren leer la crítica de la misma, acá.

Una de las frases que más me gustaron de la película:

"The world is a funny place, no?
Sometimes you pick your dog.
Sometimes your dog picks you"

-"El mundo es un lugar extraño, no? A veces elegís a tu perro. A veces tu perro te elige a vos"-

Perros. No sé que sería de mi sin ellos.

1 comentario:

Ángeles Make Up dijo...

Me hiciste llorar. adhiero 100% y además agrego los gatos porque tengo 2 y tuve siempre, y es increíble cómo están cuando los necesitás y cómo son incondicionales.