miércoles, 30 de enero de 2013

Explosión

Mi paciencia está llegando a su límite, pero de nada me sirve que me digan "eh, pero el año recién comienza". No, mi año laboral todavía sigue vigente desde la última vez que me fui de vacaciones (enero 2012) y la mala onda ajena ya me está trepando hasta el hipocampo provocándome convulsiones mentales.

Hay algo trágico en trabajar con la propia familia. Nunca se lo recomendaré a nadie. Y más trágico cuando no hay buena onda ni familiar, para empezar. Mi problema es que cuando arranqué, no tenía experiencia en nada y ya tenía unos 23 años, más una depresión por haber dejado la carrera que más me gustó en la vida (veterinaria) y haber fracasado en otra que no me gustó ni al medio año de empezar a cursarla (turismo), y en vez de buscar afuera aproveché que mi título secundario y un poco de práctica eran más que suficientes para empezar a laburar de lo que hacen mis viejos, incluso en algún momento hasta puedo llegar a ser más completa porque mi matrícula me habilita a firmar los trámites que hago. Económicamente me re convenía y me sigue conviniendo. Pero mentalmente....creo que no fue una buena elección.

Hoy por hoy ya pasé los 12 meses de que laburé sin irme a ningún lado, y ya el cerebro se me está achicharrando. Mucha mala onda, mucha bardeada por la espalda, mucho lleva y trae que es un rasgo lamentablemente muy presente en TODA la línea de mi familia (sobre todo la materna), mucho mal entendido. Y yo no soy una persona con paciencia, ni tengo amor ni tranquilidad para aguantarme a nadie que me rompa las pelotas. No sé contar hasta 10, no sé respirar tres veces y calmarme, no sé decir "no me importa" porque en el fondo a pesar de considerarme una persona antisocial y asquerosa, soy familiera pero en el siglo equivocado. Quiero ser familiera pero la vida no me deja. Y mi instinto familiero me traiciona, y me lleva a hacerme mala sangre cada vez que pasa algo.

Así con toda esta mala onda, con una necesidad imperiosa de alejarme un poco de todo lo que sea laboral y familiar (exceptuando por mi familia nueva, porque me tocaron los mejores suegros y cuñados que podría haber pedido), me despido por unos días ya que el viernes bien tempranito me subo a un avión y me olvido del autocad, y de los clientes, y del teléfono, y de los distritos, y de los datos catastrales, y del servidor del gobierno de la ciudad de buenos aires que es una cagada de mono con hepatitis.

Por fin llegaron las putas vacaciones ¡Las estaba esperando!

¡Salud!

5 comentarios:

Stretching the limits of my imagination dijo...

te vamos a extrañar!!!!! ..a mi me pasaba lo mismo, zoqueta, ya lo hemos charlado...

Melisa Fuentes dijo...

A desconectar y disfrutar!

Ana O dijo...

Es dificil trabajar con la familia. En la mia hubo ciertos desencuentros a partir del trabajo. Es triste, no?
Que disfrutes mucho tus vacas y que vuelvas renovada.

Maximus dijo...

Nada más jodido que trabaja rcon parientes. Rajá y vacacioná, que sino después el año es laaaargo.

ShaD. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.