jueves, 10 de enero de 2013

Del maltrato infantil

Hoy me gustaría dirigirme a todas aquellas personas que, contrario a mi, decidieron que en algún momento van a tener hijos. O ya los tienen. O simplemente a los que no tienen y por ahí se sienten identificados con algo dentro de este texto; en fin, a cualquiera.

Yo no soy quien para decir cómo se tiene que ser un buen padre, pero sí tengo (lamentablemente) muchos ejemplos de lo que creo que no se tendría que hacer. Digamos que en mi vida no tuve muchos modelos positivos a seguir pero sí tuve modelos negativos que al menos para mí cumplieron la función de enseñarme qué cosas que no querría hacer de grande, y qué cosas siento que no están bien.

Cuando era chica, mis padres siempre trabajaron muchas horas al día, por lo que era necesario encontrar a alguien que nos cuidase a mi hermano y a mí cuando volviésemos de la escuela, o bien mandarnos a una escuela doble turno. Más o menos cuando cumplí los 10 años tuvieron la *gran idea* (sarcasmo) de cambiarme de escuela a una de esas que entrás a las 8 de la mañana y salís a las 5 de la tarde. Yo no los culpo por deslomarse trabajando, pero lo cierto es que muchos de mis recuerdos felices de esas épocas (los pocos que encuentro) son sin ellos.

Cuestión que yo con 9 años, un primer nombre horrendo (sí sí, ya se los estoy diciendo, ja-ja) y un sobrepeso bastante importante para una nena de esa edad me encuentro con un aula llena de grupitos armados, en donde caí para ser el blanco de bromas de todo tipo. Mis años en esa escuela fueron como en esas películas que uno ve en la tele donde al gordito lo corren, le tiran cosas, le ponen apodos horribles. Todo eso y más cosas, como perseguirme hasta que me terminaba encerrando en el baño, son mis "recuerdos felices" de mi pre adolescencia.

De todos modos este post no era para hablar de bullying, aunque sería bueno que la gente criara a sus hijos de forma tal que se evitara esa parte innecesaria y cruel de algunos niños, sino para hablar de cómo reacciona un padre ante esa situación.

Los míos optaron por no hacer nada. Mi figura paterna nunca fue el fuerte de esta casa y no tenemos una relación como para decir que hubo alguna vez algún tipo de apoyo moral ni nada que se le parezca. Y mi figura materna no sé si fue por falta de tiempo o simplemente de interés pero cada vez que quise contarle algo de lo que me pasaba, simplemente me ignoraba o me decía que era una exagerada, y me decía la frase tan odiada por mi desde entonces: que yo era una "víctima del destino".

Ahí estaba yo, de 12 años ya, terminando lo que para mi fue una de las peores etapas de mi vida. Sin nadie que me escuchara y me ayudara con mis problemas, sin apoyo en mi casa, con pocas poquísimas amistades reales (algo muy triste para un niño de esa edad). ¿Qué podía hacer? Obvio que lo digo tratándose de una persona como yo que ya desde esa edad manifestaba una falta de confianza/autoestima importante.

A lo que voy es, tomensé el tiempo de escuchar a sus hijos cuando tienen problemas. Cuando sienten que algo les está haciendo mal. También háganlo con sus hermanitos, si los tienen, o cualquier familiar que esté en esa edad donde todo duele más de la cuenta. Donde las cosas negativas nos marcan heridas a fuego que el tiempo tarda muchísimo en curar.

Yo estoy por cumplir 29 años y todavía tengo heridas de esa época. No las considero cicatrices porque aun duelen. Me llevó tiempo de terapia asimilar algunas cosas pero sé que todavía me falta, y estoy segura que son cosas que se podrían haber superado de otra manera de haber tenido a alguien que simplemente se hiciera un momento para escucharme sin juzgarme por lo que yo sentía. De tener un hombro que tuviera ganas de perder unos minutos de su tiempo para que yo me desahogara.

No hay que pelear contra el bullying solamente. También hay que pelear para un hijo sea escuchado y querido. Ya que tanto les gusta tener hijos y dicen que tan completos se sienten, ¿por qué no empiezan por escucharlos cuando les quieren decir algo? No es mucho pedir. Es lo mínimo que se puede hacer. Y marca una gran diferencia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es completamente cierto, aunque a veces los hijos son medio penosos y no quieren contar los problemas, a mi me pasaba xD

El bullying, ahh siempre echándo a perder la vida de las personas, es que todos creen que no afecta pero si afecta, yo tuve muchos problemas de autoestima, hasta hace unos años no me atrevía a verme en el espejo, y no tenía autoestima por culpa de las compañeras de la secundaria, no se si lo hagan con una finalidad o solo por molestar y divertirse pero vaya que cambian la vida de las personas ¬¬

SAludos!

Ana O dijo...

Que triste lo que cuentas. Lo bueno es que al compartirla, la carga se te hac emenos pesada. En mi colegio habia un poster que decia algo asi como si compartimos una alegria, se conveirte en dos y si compatimos una pena, se convierte en media.

Zoqueta dijo...

Es verdad, al escribir esas cosas es como un desahogo importante....aparte me gustaría saber que compartiendo esta clase de cosas se puede evitar que aunque sea 1 niño no sea escuchado y arrastre esas cosas hasta su adultez. Es feo.