martes, 15 de marzo de 2016

Literario

La primera vez que vi el nombre de este libro en una librería me llamó muchísimo la atención. Por algún motivo que desconozco, en ese momento no me lo compré, pero la parte de atrás del mismo me había encantado. El editor no dejó una descripción del libro ni nada, simplemente dice que «no sólo el libro que tenemos en nuestras manos es difícil de describir», sino que además estropearía la experiencia. No podría estar más de acuerdo. Por suerte, un tiempo después me lo regalaron.

Yo tampoco quiero arruinar la experiencia que supone el leer esto sin saber de qué se trata. Pero si tengo que ser sincera, un buen día no pude esperar a tenerlo y decidí ver la película. Qué manera de llorar, por Odín.
Solamente voy a decir un par de cosas, que espero ayuden más que nada a querer leerlo, en caso de que aun no lo hayan hecho. Esta es una historia de amistad. Una amistad rara, inocente, que no pide explicaciones ni definiciones: una amistad entre pequeñas personas. ¿Se acuerdan lo fácil que era hacer un amigo cuando éramos muy chicos? Antes de la revolución y la confusión de las hormonas. Yo no suelo tener buena memoria (muy mala, de hecho), pero siempre recuerdo lo fácil que fue para mí comenzar una de mis amistades que aun perduran al día de hoy. Una amiga de mi infancia, con quien nos conocemos hace más o menos unos veintiséis años. Yo tenía seis. Era una época realmente bonita para hacerse un amigo.
En este libro pasa algo parecido. Es sencillo, es natural. Claro que hay todo un ambiente, un paisaje, una historia detrás de esta amistad que «contamina». Pero la gracia de este libro, lo que más me gustó, es que justamente está contando como si fuera a través de los ojos de un pequeño niño. Las cosas que no entiende, las cosas que tiene que decir porque le dicen que las diga, las que tiene que hacer, lo que vive, lo que siente, sus caprichos, sus miedos. Uno va viviendo la historia junto con él, como si lo entendiera, como si uno mismo tuviera esa edad (nueve años) otra vez.

No quiero contar más, por las dudas que alguien no sepa lo que puede tener en sus manos. Pero es una historia muy linda, aunque «linda» sea un adjetivo complicado para la época donde está ambientada. Hay que darle una oportunidad a algo tan real como lo es este libro.

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